Desde el lunes, los conductores de cisternas, afiliados al llenadero Jacinto Lara, que prestan su servicio en las comunidades del oeste y norte de Barquisimeto, así como en la población de Bobare, mantienen activado un paro en reclamo a la hidrológica regional.
Franklin Dudamel, presidente de Asoagua, una de las cooperativas afectadas, explica que desde hace 11 semanas no reciben el pago de Hidrolara. De allí que paralizaran el suministro del vital líquido a los sectores populares.
Explican que no cuentan con otros ingresos económicos; las familias a sus cargos tienen aprietos sobre todo por el hecho de que pronto iniciará el año escolar y “los compañeros no tienen dinero para comprarle los útiles a sus hijos”.
Cinco semanas primero
Por su parte, Hidrolara ofreció cancelar apenas cinco semanas de la deuda, cuestión que no agradó a los conductores de cisternas y, de inmediato, rechazaron la propuesta hecha por la ingeniero Adriana Díaz, presidenta de la hidrológica.
Mientras no exista acuerdo alguno entre las partes, el agua seguirá faltando en los humildes hogares donde no cuentan con sistema de tuberías o acueductos.
Dudamel espera que el gobierno regional destine mayores recursos a Hidrolara, a fin de que sea saldada la deuda cuanto antes, de lo contrario, llevarán a cabo acciones contundentes para reclamar el pago por sus labores.
“Nosotros cumplimos, al llevar el agua a los sectores populares; nunca hay una negativa de nuestra parte para prestar el servicio y sólo recibimos deudas.
No vamos a realizar ningún viaje a los barrios hasta tanto nos cancelen las 11 semanas. Si tenemos que cerrar las calles, lo haremos porque es la única forma de conseguir la atención oficial”, explicó.
Los conductores de cisternas, se limitan a estacionar las unidades en el llenadero, ubicado en la vía Quíbor, como medida de protesta. Más de 300 comunidades resultan afectadas con la paralización de las labores de este grupo de personas que esperan por su pago.