El último de los homicidios se registró aproximadamente a las 2:00 de la mañana de este lunes, cuando acabaron a tiros con la vida de Maykol Josué Blanco Carucí, quien hoy cumpliría 25 años de edad. El joven quedó tirado en la esquina de la calle Guayamure, en la entrada al barrio Macario González del sector La Siburaca de Río Claro.
“Escuché varios disparos pero me tiré y escondí debajo de la cama. Uno en lo primero que piensa es en los hijos, por eso también traté de resguardarlos. Yo no sabía qué estaba pasando, tampoco salí a averiguar, hasta esta mañana cuando iba hacia la calle que me di cuenta (…) pero es extraño porque esta zona es muy tranquila”, comentó uno de los vecinos de la zona quien prefirió resguardar su identificación.
Efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de Lara, adscritos al Eje de Homicidios, llegaron hasta el lugar del suceso a realizar el respectivo levantamiento del cadáver, el cual se encontraba tapado con una sábana pero para hacer las experticias se la quitaron, momento en el cual los familiares de Blanco Carucí se fueron en llanto, gritaban desesperadamente.
María Olivia Carucí, madre del difunto, decía: “Maykol párate”, mientras las lágrimas revelaban el sufrimiento que le causó la inseguridad del país.
El cuerpo sin vida estaba vestido con un jeans negro, franelilla blanca, gorra negra y una correa marrón. El mismo estaba abatido, boca abajo y ensangrentado, producto de los múltiples disparos que recibió.
Según versiones extraoficiales, el joven se encontraba desde la noche del domingo en el sitio del suceso junto a unos amigos ingeriendo bebidas alcohólicas y a las 2:00 am, habría comenzado una balacera durante la cual Maykol Josué fue la única víctima.
La mamá del ahora occiso, aseguró que el joven estuvo privado de libertad hace tiempo por problemas familiares y según el Tribunal Supremo de Justicia, fue en 2011 por violencia de género del cual quedó absuelto, mientras otras personas presentes, agregaron que él estaba asistiendo a la iglesia evángelica, incluso el domingo estuvo presente en el culto. “Hace días vino una comisión de Santa Elena de Uairén y uno de sus representantes le dijo: Maykol Dios te está llamando”.
Por su parte, Eligio Medina, padrastro del fallecido, indicó que era un buen joven, “responsable, amable. Era el mayor de tres hermanos y deja huérfanos a dos bebés de 3 y 6 años de edad”.
Este fin de semana el municipio Jiménez también forma parte de las cifras rojas, ya que acabaron con la vida de Lude David Pérez Colmenárez, de 22 años, quien residía en Cerro Pelón de Quíbor donde además laboraba como agricultor. Se presume que en medio de una riña le quitaron la vida a tiros.
Ultiman a comerciante
A las 11 de la noche del domingo, del mismo modo se cometió el homicidio de Wilfredo Ramos, de 26 años. Su amigo, Germán López, informó que unos sujetos desconocidos pasaron a bordo de una moto por la avenida principal del barrio Brisas del Norte y comenzaron a disparar sin razón alguna.
Este lunes, sus familiares se encontraban afuera de la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, esperando la entrega del cadáver. Su madre, Carmen Ramos, estaba notablemente afectada por la pérdida del mayor de sus cuatro hijos.
“Todavía no sé qué pasó. Yo recibí una llamada en la madrugada de parte de una enfermera y no me dijo que estaba muerto pero cuando llegué ya estaba en la morgue”.
La dama comentó que a las 7:00 de la noche del domingo fue la última vez que vio con vida a su primogénito, quien en ocasiones solía salir a altas horas pero no era un hombre problemático, por el contrario “era trabajador, vendía panqués, prendas de vestir y más”, todo para llevar el sustento a su hogar y mantener a sus tres hijos de siete, tres y dos años de edad, quienes ahora aprenderán a vivir sin compartir de nuevo con su padre.
“Esta es la primera vez que pasamos por esto, no sé ni qué hacer”, comentó Ramos, quien manifestó su deseo de dejar la venganza en manos de Dios, “porque ahorita hay que tenerle más miedo al Gobierno. No sabemos qué es mejor”.
Bala fría la mató
La violencia de género sigue causando conmoción dentro de la sociedad y es que anteriormente los asesinatos a damas no eran comunes pero hoy día parecieran ser normales: celos, ajuste de cuentas, venganza, y hasta una bala fría han sido las causas de estos crímenes que en lo que va de año, han enlutado a más de 30 familias.
El sábado les tocó lamentablemente a los Flores, quienes tuvieron que ver cómo Maxyuli Coromoto, de 37 años, fue ultimada por una bala fría, mientras se encontraba en casa de sus parientes en la calle cuatro de Las Veritas en Tamaca.
La dama era de Valencia, estado Carabobo, y por primera vez visitaba la ciudad crepuscular, sin imaginar nunca que sería la última. En la clavícula izquierda se le incrustó la bala que le quitaría los latidos a su corazón.
Mientras que horas más tarde los Castro Martínez pasaron por una situación similar, pero en esta ocasión hasta los pequeños hijos de Yordali Kareli, tuvieron que observar malherida a su madre, de 23 años, cuando un sujeto irrumpió la tranquilidad de su hogar para dispararle en la cabeza, fue auxiliada al Hospital Pastor Oropeza pero horas más tarde falleció.
En total fueron siete los homicidios registrados durante el fin de semana en la entidad larense.