Al proyecto Transbarca lo dejó el autobús

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El diseñador urbano Orlando Rivas es claro al decir que apenas puede llamarse línea de transporte al proyecto que el próximo 14 de septiembre, inaugurará el Gobierno nacional a propósito de los 461 años de Barquisimeto. 

Transbarca, dijo, constituye sólo un primer paso de la obra macro; puede llamarse sistema de transporte cuando existen varias líneas interconectadas entre sí, contando además con otros medios de transporte previamente organizados y no es el caso nuestro, enfatizó el especialista.

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Lamentó en primer lugar, que hayan “mutilado” avenidas como es el caso de la Venezuela, ignorando el caos tanto del resto de vehículos como de peatones, en particular, durante las conocidas horas “pico”.

Igual de inapropiado como lo que inicialmente pretendía hacer con la avenida Lara, el Ministerio (pp) de Transporte Terrestre, en la cual iban a cortar todos los árboles ubicados en medio de la vía para que los trolebuses circularan por el lugar: “Un desastre ecológico que por fortuna no llevaron a cabo”.

Asimismo, Rivas habló del “error” en comprar los trolebuses con las puertas al revés o en contravía como lo sostiene el Mpptt, representando un terrible peligro para los transeúntes.

“Era mucho más fácil mandar a reparar esas puertas, antes que someter al usuario a cruzar la calle en condiciones tan riesgosas; aumentan las probabilidades de arrollar a las personas”, tal como ocurrió el día de la prueba protocolar de Transbarca, del pasado viernes 6 de septiembre, cuando un joven de 21 años fue golpeado por un trolebús en la avenida Florencio Jiménez.

El arquitecto Juan Manuel Carmona, director de EL IMPULSO, en una página especializada del 11 de agosto del presente año, advirtió: “Como nota curiosa, aun cuando tampoco está confirmado, también se supo que los autobuses circularán por las vías exclusivas en sentido opuesto a las avenidas, es decir, como en Irlanda y el Reino Unido, y en sentido normal cuando circulen en las vías compartidas. Esto podría confundir al conductor del bus, poniendo en riesgo a la colectividad”.

Disminuir el número de vehículos en la calle

Por otro lado, el diseñador urbano, Orlando Rivas, mencionó el hecho de que exista organización en las rutas alimentadoras de la línea de transporte. “No puede seguir pasando la misma cantidad de “rapiditos” y busetas, por la vía en la cual circulará el Transbarca. De ser así, sencillamente se pierde el sentido de la obra”, sostuvo.

Proteger a Transbarca de la “aberración del transporte público”, refiriéndose el especialista a los “rapiditos” ilegales que circulan en las principales calles, carentes de mantenimiento y con conductores desconocedores de la Ley de Tránsito, es otra de las tareas que sugiere a los gerentes de la ciudad.

Seguidamente, en modificar la distribución de las diferentes líneas del transporte público (tradicionales) deberá trabajar el Mpptt y Alcaldía de Iribarren de la mano con el Sindicato Automotor.

En este sentido, es conveniente que pongan a andar las mesas de trabajos y negociaciones necesarias entre las partes a fin de apuntar hacia el éxito del proyecto: movilizar en menor tiempo, cómodamente y con mayor seguridad a los ciudadanos.

Sigue la desinformación

Ahora bien, ¿dónde queda la participación ciudadana? El urbanista Gerardo Puleo, si bien reconoció el esfuerzo del Gobierno nacional en retomar la obra del Transbarca, dadas las necesidades de movilización que requiere la población, critica la desinformación mantenida a lo largo de todos estos años.

“No se entiende cómo funcionará el proyecto; es un punto clave que no está siendo tomado en cuenta y es comunicarse con la gente.

El Gobierno nacional mediante el Mpptt tiene que invertir en dar a conocer las bondades de la obra, así como explicarle a los ciudadanos por dónde pasarán los buses, cuáles y cómo funcionarán las rutas alimentadoras pero hasta ahora es algo que sólo conoce un pequeño grupo”, sostuvo.

Entre las ventajas que observa Puleo está la movilización masiva que, finalmente, funcionará en la ciudad.
Descongestionar las vías de la gran cantidad de medios de transporte livianos, sin duda, permite una mejor circulación del tránsito automotor.

No obstante, recomendó establecer y determinar con claridad cómo colaborarán el resto de unidades en las rutas que servirán de apoyo al Transbarca.

Con respecto a la Estación Central Simón Bolívar o nuevo terminal, ubicado en la avenida Florencio Jimenez, exhortó a que sea culminado para definitivamente reimpulsar la obra de transporte. No sin antes, visualizar desde ya otros posibles terminales en la ciudad.

Hacia el centro de la ciudad o en el municipio Palavecino, dijo el urbanista, debe consolidarse una estación de autobuses que facilite la movilización de pasajeros hacia estas zonas que igualmente cuentan con un gran número de habitantes.

¿Qué esperan los ciudadanos?

Por último, los ciudadanos desean que a propósito del Transbarca, exista una revisión exhaustiva en las unidades del transporte público tradicional que prestarán su servicio como rutas alimentadoras.

Los vehículos, en su gran mayoría, se encuentran en estado deplorable. Tanto la tapicería como la parte mecánica, de “rapiditos y busetas”, presentan daños de principio a fin.

En este sentido, solicitan que los créditos ofrecidos por el Mpptt a los transportistas de la ciudad para mejorar el parque automotor, ciertamente, se cumpla por el bien de todos los pasajeros.

Clamor que además extienden los profesionales del volante, quienes siguen con la incertidumbre de saber si ganarán el suficiente dinero para llevar el sustento a sus hogares por cuanto sienten perder las esperanzas frente al proyecto que desarrolló el Gobierno.

“Sin el mantenimiento, fracasarán como Metrobús”

La ingeniero Norah Farías, especialista en transporte, mencionó que desde el año 96, desde la Alcaldía de Iribarren se venía trabajando en crear un sistema de transporte eficiente que movilizara en grandes cantidades a los usuarios.

El tratamiento del proyecto, fracasó y, prueba de ello, la gran demora en poner a andar la obra que involucra al Gobierno nacional y municipalidad. “Han transcurrido más de 15 años y apenas se dan los primeros pasos; estamos muy atrasados”, sostuvo.

Son varios los aspectos que señala la profesional, sin embargo, hizo énfasis en el tema de la tarifa y es que hacerla solidaria probablemente vaya en contra del buen funcionamiento del Transbarca.

“Que exista una tarifa justa, por encima de los dos bolívares, al menos, para cubrir el mantenimiento de las unidades, de lo contrario, al cabo de unos años, Transbarca fracasará como ocurrió con Metrobús Lara”, comentó Farías.

No olvidar a los apartados

Por otra parte, habló de la necesidad de reestructurar por completo el proyecto Transbarca, fijando la atención en las rutas alimentadoras y demás unidades que sirvan de apoyo.

Su exhortación obedece a las necesidades que atraviesan las personas residenciadas en las zonas más apartadas de la ciudad, como es el caso de la vía Quíbor, en el oeste de Barquisimeto; y la zona norte que comprende las parroquias El Cují y Tamaca.

“El Mpptt junto a los gerentes de la ciudad, tienen la responsabilidad de buscar las maneras para hacer mucho más fácil el transporte a los barquisimetanos.

No es una tarea difícil de llevar a cabo, sólo hace falta voluntad política y organización, a fin de ofrecer calidad de vida a las personas y brindarles una ciudad que se encamina al desarrollo, a lo moderno, sin olvidar a ninguno de los ciudadanos por muy retirado que estén sus domicilios”.

 

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