Ehisler Vásquez, de 20 años, estudiante del cuarto semestre de Mercadeo en el Colegio Universitario Fermín Toro de Barquisimeto, es una de las víctimas de los ataques militares contra las manifestaciones de los días 15 y 16 de abril de este año, cuando miles de venezolanos salieron a las calles para exigir de manera cívica una revisión de los resultados de los comicios presidenciales del 14-A.
Su emotivo relato lleva al 15 del referido mes cuando, bañado en sangre después de recibir cinco perdigonazos en su cara y dos en la espalda, corrió a protegerse de la brutal represión que disuadía la marcha pacífica de esa ocasión. “Entré al interior del centro comercial, donde de manera oportuna y gratuita recibí ayuda médica local para parar un sangramiento que surgía de mi rostro debido a que uno de los vasos sanguíneos principales había sido afectado”, y agrega que allí lo resguardaron y posterior a los primeros auxilios lo ayudaron en el traslado hacia un centro asistencial cercano.
Por esa razón, insiste Vásquez, está indignado y se siente culpable de la detención que están pagando los dos trabajadores del Sambil-Barquisimeto que lo auxiliaron. “No es posible que aquellos delincuentes que han asesinado, robado o secuestrado están en la calle beneficiados por el Plan Cayapa, mientras que estos dos padres de familia Luis Suárez y José Guerrero, y nosotros los jóvenes que estudiamos y soñamos con dar nuestro mayor esfuerzo por el desarrollo del país, estamos convertidos en victimarios”, acotó el joven integrante de Funpaz.
Ehisler, a quien le han practicado tres cirugías en su rostro y tiene una pendiente, confía en la justicia divina y tiene fe que las cosas van a salir bien porque hay una reserva moral en las instituciones que impondrá la verdad por encima de la violencia y la injusticia. “El pueblo está despertando y está identificando a quienes se encargan de pisotear la Constitución Nacional y conculcan los derechos de todos los venezolanos”, sentenció, al tiempo que reiteró su solidaridad con Suárez y Guerrero y toda la familia que hoy en día sufre por lo que consideró como una injusta privativa de libertad.
