El Pentágono está alistando un ataque de tres días contra Siria, más intenso y largo que lo previsto originalmente, informó el Los Ángeles Times el domingo.
Las autoridades militares estadounidenses planean ahora realizar un intenso ataque con misiles, al que seguirán otros menores contra blancos que hayan quedado indemnes o no destruidos por completo en la primera fuerte ofensiva, dijeron fuentes al diario.
Los dos oficiales agregaron a la publicación que la Casa Blanca pidió ampliar la lista de objetivos a alcanzar para incluir «muchos más» que en la primera lista de 50 blancos.
La decisión se debe a que Estados Unidos busca obtener una mayor potencia de fuego y dañar las fuerzas dispersas del régimen sirio de Bashar al Asad.
Los estrategas en el Pentágono consideran ahora usar bombarderos de la Fuerza Aérea, además de cinco destructores estadounidenses, que actualmente patrullan el este del Mediterráneo, para lanzar misiles de crucero y misiles de aire-superficie, desde fuera del alcance de las fuerzas de defensa sirias, según el artículo.
El portaaviones USS Nimitz que incluye un crucero y tres destructores está posicionado en el mar Rojo y también puede lanzar misiles de crucero contra Siria.
«Habrá varias descargas y evaluaciones después de cada una de ellas, pero todas comprendidas en un lapso de 72 horas, y una indicación clara cuando hayamos terminado», dijo al Times una fuente cercana al equipo de trabajo.
La intensificación de la planificación militar surge cuando el presidente estadounidense Barack Obama se prepara para presentar personalmente las razones, incluidas legales, por las cuales cree necesario intervenir en respuesta al ataque químico del 21 de agosto en las afueras de Damasco, presuntamente perpetrado por el régimen sirio.
El lunes, Obama tiene previsto entrevistarse con los principales canales de televisión del país.
Las entrevistas, que serán difundidas esa noche, se harán pocas horas antes de que el mandatario se dirija directamente a la población el martes, previo a una votación en el Senado, que desde el lunes debate la intervención de Estados Unidos en Siria.
Obama apoya un ataque restringido con una cantidad acotada de blancos para bombardear Siria, según el rotativo.
En medio de dudas acerca de si la intervención estadounidense sería suficiente para reducir las capacidades militares de Al Asad, un oficial dijo al diario que el operativo que se planea sería más bien una «demostración de fuerza» que no cambiaría fundamentalmente la situación en el terreno.
El ataque que planea Estados Unidos «no tendrá impacto estratégico en la situación actual en la guerra, que los sirios tienen bien controlada, y en las que los duros enfrentamientos podrían seguir dos años más», observó otra autoridad.