«Yo nunca había trabajado en una obra del maestro Chalbaud, y me pareció interesante hacerlo, más ahora que cumple 60 años de carrera artística y 45 años esta pieza. Y cuando me dijeron que la dirigiría Elba (Escobar) me interesó mucho más, porque es una actriz que admiro y respeto mucho», expresó el actor Carlos Cruz, quien forma parte de la obra El Pez que Fuma, que estrenó en el Teatro Trasnocho, Caracas.
La pieza es dirigida por la actriz Elba Escobar, quien asumió su quinta dirección en las tablas. «Se está desempeñando muy bien como directora, nos entiende muy bien porque ella es actriz. Hace un mes hubo unos cambios, gente que se fue y otra llegó, pero yo estoy desde el principio, el proceso ha sido bien interesante», agregó.
Cabe recordar que la obra fue escrita por Román Chalbaud en 1968 y llevada al cine en 1977. En esta oportunidad es protagonizada por Caridad Canelón, quien interpreta La Garza, y Carlos Cruz quien encarna a Tobías, bajo la producción de Oswaldo Estrada Rondón y dirección escénica de Enrique Salas.
La trama gira en torno a un prostíbulo llamado “El Pez que Fuma”, regido por La Garza, quien tiene a su lado hombres a quienes hace creer que mandan sobre ella y su negocio. El primero es Tobías, que se encuentra preso y desplazado por Dimas, quien a su vez, es opacado por el joven Juan.
– ¿Cómo llegó a la obra?
– Me llamaron para ser el papel de Dimas, pero el día que comencé a ensayar ya habían hecho la lectura del personaje, y el actor que hacía de Tobías no había llegado. Elba me pidió el favor de leerlo, y cuando lo leí me quedé asombrado del texto, que es maravilloso y súper difícil para un actor, pero hermoso. Ella me preguntó si me gustaba, si me gustaría hacerlo, y le dije que sí, porque ya Dimas creo que lo he hecho bastante. Tobías también es un chulo, pero está preso, es otro tipo de hombre.
Me encantó, me está pareciendo un reto enorme porque es un texto que tiene mucha poesía, no es como el texto de la obra, que es concreto y específico, él es un tipo que se pierde mucho en sus ideas, y lanza muchas premisas filosóficas y cosas extrañas, eso ha sido lo más difícil con lo que me he encontrado.
– ¿Había visto la pieza antes?
– Cuando estaba en la escuela César Rengifo, donde estudié teatro, mucha gente la montó en sus ejercicios de actuación, porque es un ícono para los estudiantes de teatro, pero yo nunca la hice, sólo vi escenas de mis compañeros. También vi la película, pero nunca he visto un montaje completo, eso me contentó porque no estoy viciado, mi personaje lo creé yo, no me he copiado de nadie, no tengo referencia, porque incluso en la película el personaje de Tobías aparece apenas 30 segundos en una escena, no tiene mayor peso.
– ¿Con qué se va encontrar el público en esta obra?
– Con un submundo, con personajes particulares, que dentro de todo, y en esa realidad, no pierden la candidez. Yo creo que Chalbaud tuvo una manera muy particular de escribir esa relación entre ellos. Hay momentos trágicos, pero la relación de ellos está marcada por el candor, verlos, pero no hurgar mucho en la miseria, porque ya el lugar donde están te lo da. No es una obra psicológica que hable de personajes tortuosos, que también pudiera ser una lectura, pero no es éste el caso. Chalbaud lo que quiere ver es la versión femenina de la pieza, cómo una mujer dirige, porque ellas tienen una sensibilidad muy particular, y ven cosas que uno no puede ver, es bien interesante.
