Planteamientos – La destrucción de Siria

Puede parecer proverbial y bíblico, pero de ello se habla desde miles de años atrás. «He aquí que Damasco dejará de ser ciudad; será montón de ruinas. Cesará y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel», dice Jehová de los ejércitos». Isaías 17:1-3. Lo cual revela que sí hay una constante en la historia de la humanidad es esa tendencia a la guerra y a la destrucción, por encima del deseo de vivir en paz. Como en épocas anteriores, los protagonistas de hoy, los llamados “perros de la guerra” escriben una historia a contracorriente, basada en el poder y sin importarles a quienes devoran.
Nunca antes, la alusión a la llegada de la primavera, tuvo un panorama tan incierto y trágico, distinto al de la esperanza, libertad y democracia prometida para los países árabes, a un costo tan elevado en muerte y devastación. Ni tan premeditado. En el 2005, Condoleezza Rice, se refirió a “los próximos cambios en el Medio Oriente de acuerdo a los intereses de seguridad nacional de Norteamérica”. Además, recordemos, como Wesley Clark, ex comandante de la OTAN durante la guerra de Yugoslavia, en 1999, luego expresaba con mayor precisión, para que no quedaran dudas: “Vamos a invadir siete países en cinco años comenzando con Irak, después Libia; Somalia, Sudán, Líbano, Siria y finalmente, Irán”.
Aparentemente, el destino del presidente Bashar Al Assad y el del pueblo sirio ya está sellado. Obama ya lo sentenció. Debe ser llevado ante la justicia internacional. Traspasó la línea roja, con el uso de las armas químicas. “No aceptaremos que inocentes mueran por el uso de gases”, dijo el supremo juez de la causa. Para ello bastó la palabra del Secretario de Estado, John Kerry, cual fiscal, sin esperar las pruebas y el Informe de los Inspectores de la ONU.
¿Y quién responde y cuál es la condena por los muertos de Hiroshima y Nagasaki? ¿O de la generación de vietnamitas que aun sufren los horrores y las huellas del NAPALM? ¿Habrá olvidado el uso masivo de uranio empobrecido en Faluya, en el 2004, por su ejército y en Basora por sus cómplices británicos? Allí nacen niños sin cabeza, con un solo ojo, sin brazos, con las vísceras fuera del vientre, con leucemia ¿Se inmutó siquiera el Premio Noble de la Paz, ante el uso de fósforo blanco por Israel contra los densamente poblados barrios palestinos de Gaza durante la Operación Plomo Fundido? Esas y otras interrogantes, se las plantea Angel Guerra Cabrera, en su interesante artículo: “Siria: la cuenta regresiva”.
Se ignora que los rebeldes de la ciudad de Ghouta se declararon responsables por el ataque del 21 de agosto, declarando que el arsenal de armas químicas fue proporcionado por Arabia Saudita. Así lo recoge, el testimonio de la corresponsal de Associated Press, la periodista Dale Gavlak, según noticia colgada en el portal www.inforwar.com.
Detrás de la Coalición Nacional Siria, el frente opositor, actúan los rebeldes del Ejército Sirio Libre, además, de las bandas mercenarias entrenadas, armadas, y con apoyo financiero y mediático de los “perros de la guerra”. Paradójicamente, aunque usted no lo crea, en ese combo está incluido Al Qaeda. Esa oposición siria reclama abierta y públicamente, la intervención militar extranjera. Intervención que es promovida – y será ejecutada – por los principales países productores, vendedores y poseedores de las armas convencionales y bacteriológicas.
La contabilidad de la muerte, en un lapso que ya supera los dos años y medio, registra 100 mil víctimas mortales; 200 mil refugiados y 1.429 fallecidos por el uso de armas químicas. Mientras, la Unesco ha advertido, que al igual que en Irak, Afganistán, en Libia, en Mali, la rica herencia cultural de Siria, está siendo destruida. Ni hablar de la infraestructura física.
Dijo en una oportunidad el iniciador de la era nuclear: «Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz». (Albert Einstein).