Las afueras del HCAMP se ven abarrotadas de situaciones diferentes, economía informal desatada, venta de comidas sin el permiso o las condiciones sanitarias requeridas y las paradas improvisadas de rapiditos y busetas. Esto es un mal que acoje diariamente al Hospital Central, sin embargo, los que más sufren a la hora de vivir una emergencia son los conductores de las ambulancias y los demás integrantes de las unidades de asistencias móviles.
En más de una ocasión y se puede decir que hasta diariamente. los conductores de las ambulancias son irrespetados al instante de llegar a las inmediaciones del hospital. Según el Reglamento de Ley de Transporte y Tránsito Terrestre, en los artículos 283 y 284, al momento del vehículo hacer señales a los demás conductores (de rutas, vehículos personales, motos, camionetas o camiones) para ceder el paso, este debe orillarse, o buscar la manera de dejar pasar a la ambulancia, aproximándose lo más posible hacia la calzada.
Según el conductor Geovanny Borges, la situación afuera del hospital se pone cada vez peor y pareciera que no fuera a mejorar “Hace un tiempo tuvimos una emergencia donde una niña había sido atropellada en la Av. Vargas. Al trasladarla de regreso, nos fue imposible pasar al hospital porque un ruta tenía trancado el paso, cuando le tocamos corneta y le colocamos las luces para que nos dejara pasar, este se molestó y se quedó parado ahí, por lo cual tuvimos que buscar una vía alternativa para transportarla”.
Es importante señalar, que la distancia aproximada de la parada del autobús a las puertas del hospital son alrededor de 10 metros, por ende, no existe la necesidad de pararse cerca de la entrada del hospital para recojer pasajeros.
A pesar de que existe apoyo por parte de la policía municipal por la Av. Las Palmas y la carrera 22, es necesario la existencia de más puntos de control para erradicar la anarquía presentada por las conductas de las busetas y los rapiditos en la zona. Aunque los policías cumplen con sus rondas permanentes, esto no es suficiente, así lo expresó Carlos Zorrilla, conductor de una ambulancia privada.
De igual manera informó acerca de una situación irregular vivida recientemente dentro del hospital, donde el nuevo jefe de seguridad, aparentemente les ordenó a los conductores de ambulancias privadas retirarse del lugar porque no ayudaban a los ciudadanos dentro de la entidad, si no que le perjudicaban por los altos costos en el alquiler de las unidades.
“No sabemos si es que cometió un error o no sabe sobre la situaciones vividas dentro del hospital, pero nosotros no cobramos altas sumas de dinero a las personas que presentan emergencias, de hecho, las ayudamos con todo lo posible. Nuestras unidades han reducido el costo de manera notoria para poder ayudar a las cientos de familias que día a día atendemos. Además, sin nuestra asistencia, el hospital no se daría abasto, porque lamentablemente las unidades dentro del centro son pocas y por ello recurren a nuestros servicios”.
Los conductores de las ambulancias le hacen un llamado a la conciencia de todas las personas que hacen vida o transitan fuera del hospital, para recordarles que las vías de acceso a los dos centros de salud (Hospital Agustín Zubillaga y HCU-HCAMP) comparten entrada.