Los venezolanos se mostraron escépticos el miércoles de las denuncias del presidente Nicolás Maduro de que saboteadores provocaron un apagón en 70% del país, hecho que dejó al descubierto una grave deficiencia del sistema eléctrico nacional que, pese a haber recibido millonarias inversiones en los últimos años, no da muestras de mejorar.
El ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, anunció la noche del miércoles al país que el apagón ocurrido en la víspera fue consecuencia de dos fallas, una que se generó «en la torre número 6 del tendido de 765» del centro del país cuando se desprendió una malla de protección que cayó sobre el tendido y se originó un corto debido a la humedad, y otra que se presentó en la subestación central de San Gerónimo.
En una transmisión de la televisora estatal, Chacón dijo que la Corporación Eléctrica Nacional y la Fiscalía General iniciaron dos investigaciones para determinar cómo ocurrieron los hechos y establecer las responsabilidades, e indicó que el gobierno acordó la activación de un mecanismo con la fuerza armada para dar vigilancia permanente desde tierra y aire al tendido eléctrico del país, el cual tiene una extensión de 1.000 kilómetros.
El ministro negó las afirmaciones de algunos analistas que atribuyeron la falla a que se superaron los límites de transferencia, y señaló que las investigaciones determinarán si «fue un sabotaje inducido directamente sobre la malla o hubo negligencia en el manejo del esquema de subestación de la malla… (y) lo mismo en el esquema de protección».
Analistas consultados dicen que la falla fue de gran magnitud porque se presentó en la línea principal de transmisión del sistema eléctrico nacional, y que la deficiencia fue más severa de lo que las autoridades quieren mostrar porque evidenció graves problemas en las líneas de transmisión, que según dicen ya alcanzaron su límite y están siendo sobrecargadas de electricidad.
Al ofrecer una explicación sobre el incidente, Maduro denunció el martes, sin mostrar pruebas, que el apagón fue producto de un acto de sabotaje, y afirmó que su gobierno está enfrentando «una guerra de baja intensidad que busca un alto impacto en la vida social y política… un desgaste prolongado de las fuerzas de la revolución para intentar en un momento dado un asalto final contra las fuerzas de esta revolución» bolivariana promovida por el fallecido presidente Hugo Chávez.
Muchos venezolanos creen que las explicaciones oficiales sobran, pues apuntan a la negligencia e incompetencia del gobierno como el responsable de los apagones que han afectado al país durante años y que rara vez se producían en la capital.
«No creo en ese cuento sobre el sabotaje. Todos sabemos de quién es el culpa: el gobierno», dijo Adriana Montoya, ama de casa de 45 años, una de miles de conductores que quedaron atrapados durante horas en el tráfico capitalino debido al colapso que se generó por la paralización temporal del sistema de metro y de los semáforos. «El gobierno siempre echa la culpa a un supuesto sabotaje, pero nunca capturan a nadie, así que es difícil creer lo que dicen».
Otros se quejaron de haber quedado atrapados en los vagones del metro capitalino, en los túneles que quedaron en penumbras tras el apagón, antes de que pudieran ser evacuados a un lugar seguro.
En sus casi cinco meses de gobierno, Maduro ha denunciado cuatro planes de magnicidio y casi una decena de actos de sabotaje y complot. La oposición ha desestimado las denuncias, asegurando que forman parte de una estrategia del oficialismo para distraer la atención de los venezolanos de los graves problemas que padece el país, como la galopante inflación, la creciente criminalidad y el desabastecimiento de algunos alimentos y bienes básicos.
Las autoridades no han informado hasta el momento sobre los impactos económicos que generó el apagón, pero descartaron que el incidente haya afectado las operaciones de la industria petrolera, motor económico del país.
El consultor internacional José Aguilar dijo el miércoles a The Associated Press en entrevista telefónica, que el apagón evidenció que el gobierno comenzó a «violar los límites de la red troncal de transmisión», pero sostuvo que hubo algo, que las autoridades no han explicado, que ocasionó un efecto dominó y provocó el colapso del sistema.
«Ellos, violando los límites, colocaron al sistema eléctrico nacional en una posición inestable; eso es una irresponsabilidad», dijo Aguilar, al tiempo que reconoció que, aunque en los últimos años se han hecho millonarias inversiones para elevar la generación en unos 10.000 megavatios, «el gobierno se olvidó de hacer mantenimiento» al sistema.
El ex director del Ministerio de Energía, Víctor Poleo, afirmó el miércoles que al sobrepasarse los límites que tienen las líneas de transmisión se generó un colapso.
«Hubo una falla operativa de quienes operan el sistema y que recurrentemente han estado violando los límites de transmisión», indicó Poleo a la emisora local Radio Caracas Radio. «Las líneas de transmisión del sistema eléctrico no han tenido una expansión en estos 14 años».
Los dos analistas coincidieron en que existe un riesgo de que el apagón ocurrido el martes pueda presentarse de nuevo debido a que a partir de la próxima semana comienzan 115 días de alta demanda por el reinicio de actividades de algunas empresas y el regreso a clases en las escuelas y universidades.