El sábado a las cuatro de la madrugada, dos sujetos sospechosos alertaron a varios vecinos de la urbanización Daniel Carías de Cabudare, al observar que saltaban la cerca perimetral que divide la cancha deportiva del centro de educación inicial.
Minutos más tarde escucharon contundentes sonidos provenientes del interior de la casa comunal, lo que generó varias llamadas al Centro de Coordinación Policial de Palavecino y otras a Servicios de Emergencias 171, pero fueron infructuosas.
Al amanecer y cuando ya había luz solar, se podía divisar desde la calle, el daño perpetrado a una de las ventanas por donde presumiblemente habían entrado los delincuentes.
La situación fue denunciada por Pedro Paradas, dirigente social de Palavecino y vecino de ese sector.
Mencionó Paradas que del local comunitario habían hurtado tres computadores laptop, un video Beam (proyector digital) un DVD, un equipo de sonido, dos cornetas y una caja chica con dinero en efectivo. EL IMPULSO intentó conseguir la versión oficial de los hechos pero los voceros del consejo comunal enviaron un emisario para informar que la situación era delicada por el grado de violencia y la cantidad de robos en la zona.
Hasta las bombonas son blanco
Otros vecinos de Daniel Carías acotaron que ese urbanismo recibe “muy poco patrullaje. Es casi nula la presencia policial por estos lares”, señalaron.
Narraron que delincuentes han robado a varios vecinos que salen en sus motos o a pie a comprar gas. “Si te ven con la bombona de gas en la mano, los malandros te invitan con pistola en mano a entregar la bombona, la plata, el celular, la cartera y cualquier prenda que cargues”, resaltaron.
Después de las seis de la tarde, Daniel Carías se convierte en un pueblo sin ley, remarcaron.
Los asaltos a personas, carros, motos, bicicletas y residencias, son cada vez mayor.
La ampliación de la avenida La Mata también es un dolor de cabeza para los vecinos, convirtiéndose en una pista de carreras.