La red de instituciones larenses… ¡En acción!
“Para construir una visión compartida, inspiradora de un modelo de desarrollo distinto. No es, ni podía seguir siendo solamente la visión empresarial; teníamos que construirla de la mano del mundo académico, el de los jóvenes universitarios, el de los pequeños y medianos empresarios, y el mundo de los trabajadores”.
Jorge Botti-julio 2.012
Esta aseveración de Jorge Botti la expresó convencido de la necesidad de crear lazos afectivos y efectivos que ayuden al país a cambiar.
Las tendencias mundiales de globalización como nichos de integración para el desarrollo ofrecen grandes oportunidades; es por ello que se deben consolidar los conceptos para hacer realidad el éxito esperado.
Debemos trabajar a fondo para brindar, al colectivo, programas sólidos emanados de una organización representativa de la sociedad civil en general, la “Red de Instituciones Larenses” se integró bajo el respeto del pensamiento plural, apolítico partidista y, cuyo objetivo primordial es la búsqueda del bienestar de la población realizando propuestas e incentivando acciones, cumpliendo con su responsabilidad ciudadana como Foro de Opinión que es a sabiendas de las limitantes que enfrenta, sobre en lo que a autoridad de ejecución, se refiere.
Estamos conscientes de que las modificaciones macro económicas no pueden realizarse de manera abrupta y mucho menos improvisada. La estabilidad política, gobernabilidad y cohesión social deben coadyuvar decididamente sobre las decisiones económicas acertadas. El sector público debe establecer un compromiso con el sector privado para emprender los ajustes económicos necesarios y reactivar el aparato productivo del país, respetando al estamento legal vigente para así, preservar la seguridad jurídica indispensable para incentivar a la inversión y propiciar el desarrollo armónico y aumentar la suma de felicidad del pueblo larenses y por ende al pueblo venezolano, bajo esquemas reales, realizables a corto, mediano y a largo plazo, obviando planteamientos mesiánicos, idílicos o idealistas; atendiendo sí, al marco regulatorio y al entorno financiero y económico.
Las ofertas productivas tienen que adaptar al cambio a los diferentes actores. Ese cambio, de ser necesario, podría llegar a los 360º. Con modificaciones fundamentales, como puede ser, el cese de las expropiaciones; la restitución del derecho a la propiedad; pura y simple, perfecta e irrevocable; tal cual está expreso en la Constitución Nacional y en las leyes redactadas y aprobadas por legisladores probos. El lógico y simple respeto a la Constitución es un elemento esencial para que quien quiera invertir o trabajar en nuestro país recupere la confianza.
Los derechos no se mendigan… ¡se ejercen! No pueden, ni deben, ser una concesión gubernamental. El derecho de propiedad, al trabajo, a la remuneración digna y suficiente, son derechos humanos establecidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, emanada del seno de la Organización de las Naciones Unidas, en el año 1.947. Y, el ejercicio de estos derechos son garantías indispensables para generar consecuencias positivas para toda la sociedad.
La estabilidad laboral y la seguridad social conforman parte de los beneficios inmediatos a una reacción económica positiva y, esto se logra con trabajadores eficientes y productivos.
Tenemos que convocar a personas de reconocida trayectoria y honestidad para planificar el destino económico del país, es perentorio corregir el desfase ocasionado por la inflación descontrolada; que países con menos capacidad de recursos han superado de manera positiva. Venezuela cuenta con profesionales suficientemente capacitados; la Universidad Central de Venezuela ha sido una inagotable cantera de donde ha salido el personal idóneo como para formar un equipo que conduzca al país por el camino de progreso que merece.
El sector privado, la sociedad civil venezolana, ha tenido la preparación educativa, la capacitación y la experiencia necesaria para el logro del desarrollo deseado. El sector productivo constituye, por sí mismo, la garantía del éxito y ha demostrado al transcurso de los tiempos que está presto a vencer las dificultades. Cualquier acción que conlleve a la destrucción del aparato productivo, más temprano que tarde, configurará la destrucción del sistema y por ende del país.
Es imperiosa la corrección de las cosas que no funcionan bien, es indispensable un pacto democrático verdadero para hacer realidad la paz social.