A la Divina Pastora elevan incuantificables oraciones por el progreso del pueblo. Sin embargo, faltan muchas obras a favor de la comunidad. Hace dos semanas, acudió el gobernador Henri Falcón al pueblo de Santa Rosa para colocar la primera piedra de lo que será el nuevo módulo deportivo.
No obstante, desde aquella visita del gobernante, no han acudido las cuadrillas de reparación. Los vecinos esperan por los arreglos del estadio de béisbol menor que está muy afectado a causa de la desidia.
La cerca perimetral está prácticamente en el piso, mientras que los matorrales crecen vertiginosamente.
Grama artificial, nuevas tribunas, gimnasio a cielo abierto, entre otros atractivos prometió Falcón.
Los habitantes del pueblito católico sienten mucho pesar, debido a las pocas atenciones que reciben en los diferentes sectores.
“Los gobernantes se acuerdan de nosotros cuando se acerca el 14 de enero, del resto no recibimos ninguna visita”, expresó Vilma Torres.
Sin suficientes recursos
Por su parte, José Luis Montero, integrante del equipo de béisbol Futuras Estrellas que hace vida en el pueblo de Santa Rosa, manifestó que si bien han sostenido reuniones con el gobernador Henri Falcón, aparentemente será en el 2014 cuando reciba atención el estadio Rubén Tovar.
En el caso de este campo de béisbol, el área de las tribunas está en ruinas. Los pocos arreglos que han logrado surgieron de los propios ingresos de los vecinos y jugadores. De la mano con el consejo comunal, esperan seguir haciendo otras reparaciones en pro de garantizar el deporte.
“Nos apasiona jugar; trabajamos con la comunidad para que el estadio Rubén Tovar sea uno de los mejores, sin embargo, los recursos nuestros no alcanzan y en la Gobernación dijeron que a nosotros nos ayudarán para el 2014”, expresó el deportista.
Calles en mal estado
Santa Rosa, tiene además de espacios deportivos deteriorados, un sinfín de calles en mal estado que deberán ser atendidas por la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica).
Huecos de todos los tamaños, afectan a los vecinos que tienen vehículos y también a los peatones. Si caen las lluvias, las vías quedan inundadas y, en el caso del sector Pueblo Abajo, se mezclan las aguas negras y de los torrenciales.
Incluso frente a la iglesia Santa Rosa de Lima, donde está la Divina Pastora, patrona de los larenses, hay un hueco que tiene cerca de ocho meses. Los adoquines están al lado de la vía, mientras que los vecinos esperan por los arreglos del tramo.
Asimismo, conviene revisar el resto de las transversales en las cuales ocurren frecuentes botes de aguas blancas y colapsos de cloacas. Al parecer, Hidrolara conoce del desgaste de las tuberías en la zona, sólo que no cuentan con el presupuesto para reemplazar los tubos, al menos, es lo que relatan los vecinos.
“Las calles se están dañando cada vez más, creemos que la humedad permanente del piso contribuye a la formación de los huecos; las aguas negras se desbordan. Hidrolara y la Alcaldía de Iribarren deben trabajar en conjunto para ofrecer una obra integral en el pueblo: tuberías y calles nuevas”, sostuvo la vecina María Hernández.
Alumbrado público
Existen fallas en la iluminación de las calles y demás espacios de la comunidad. Las luminarias no tienen focos o si iluminan no tienen suficiente alcance. En este sentido, los habitantes exhortan a la seccional de la Corporación Nacional Eléctrica (Corpoelec) a fin de mejorar la apariencia del lugar. De no contar con una pronta atención, la delincuencia seguirá haciendo de las suyas en medio de las tinieblas que existen en las calles y veredas a causa de esta necesidad.