Misión A Toda Vida Venezuela, Plan Patria Segura, Centella, Decreto 684, Rueda Segura, Ley Desarme, Plan Cacheo, entre otros, son sólo algunos de los operativos de seguridad que se han implementado en el estado Lara, y aunque los directores en la materia han expresado cierta satisfacción por la disminución de algunos índices delictivos, pareciera no resultar lo más atractivo para la sociedad, pues cada día, los homicidios causan conmoción entre los larenses.
Tres asesinatos en el sur de Barquisimeto
Aproximadamente a las 10:30 de la noche del domingo, se contabilizó el primer doble homicidio del mes. Las víctimas en esta oportunidad respondían a los nombres de Tony José González Peroza, de 27 años y Edickson Pastor Guédez Arrieche, de 25 años, quienes se dedicaban a labores de albañilería.
Según versiones de los vecinos de Macuto Abajo, donde se cometió el atroz crimen, frente a una bodega, indicaron que los ahora occisos, habían comprado unos cigarrillos, una caja de fósforo y unos chiclets. Andaban en una moto. Al momento de retirarse, el sonido de otro vehículo de dos ruedas y un carro arroparon el sitio. Después, cinco tiros le arrebataron las vidas a estos hombres.
Abatidos, en posición fetal, a pocos metros, quedaron los cadáveres. Uno de los vendedores del local comercial, adyacente al sitio del suceso, comentó su preocupación por la situación e incluso, informó que tomaron nuevas medidas y de ahora en adelante, cerrarán más temprano. “Estamos muy nerviosos, porque esta es una zona tranquila y no habíamos presenciado algo así”.
Familiares de Tony José González, indicaron que nunca tuvo problemas con nadie ni había estado preso. “Él era albañil, se ganaba la vida honradamente, trabajaba de lunes a viernes y en ocasiones, hasta los sábados. Todo lo hacía por su hija de tres años”.
La Policía Científica inició las investigaciones, pero las primeras versiones apuntan a que se trató de un ajuste de cuentas.
Horas más tarde, también cayó muerto a tiros Andrés Rafael Espinoza Alejo, conocido como “El Negro”, quien se trasladaba en una bicicleta ring 20 de color rojo, por el sector Bello Monte, después de El Oreganal, en la vía hacia Río Claro. Tres casquillos de balas se observaron en el lugar, producto de los impactos que le propinaron en el rostro al fallecido.
Al parecer el hombre iba hacia su casa, en el kilómetro 12 de El Manzano, donde tenía viviendo unos 10 años, pues era natural de San Felipe, estado Yaracuy. El infortunado quedó junto a su bicicleta y un bolso, en el cual llevaba unas botellas de cerveza y una vianda con comida. También una gorra originalmente blanca, pero debido a la sangre derramada, se tiñó de rojo.
Uno de sus amigos, de nombre Johan García, contó que el ahora occiso, estuvo en su casa, como todos los días, en esta oportunidad ingeriendo alcohol. “Se fue como a las 2:00 pm, luego estubo jugando bolas criollas y tomando con mi hermano como hasta las seis”.
Del hecho no se conocieron mayores detalles, pero según versiones extraoficiales, el suceso se cometió en horas de la madrugada. Quienes por ahí habitan, prefirieron resguardar su identidad. Indicaron que algunas personas lo vieron agonizando pero tuvieron miedo de auxiliarlo “por temor a meterse en problemas”.
“A él siempre se le veía subiendo y bajando el cerro en su bicicleta con una bombona, pero yo no lo trataba”, dijo uno de los presentes.
Igualmente, informaron que aunque la zona es tranquila, les hace falta un poco más de patrullaje, por ser un lugar solitario y más un domingo por la noche.
Lo ultimaron cerca de la casa materna
“Mi hijo… ¿por qué?”, gritaba en medio del llanto la madre de Luis Esviel Rodríguez, de 28 años, quien murió a manos del hampa, tras recibir múltiples impactos de balas cerca de su casa materna en el barrio José María Vargas 2, al oeste de Barquisimeto.
El dolor de otra madre venezolana, se veía reflejado cuando abrazaba el cadáver sin vida del último de sus seis hijos, quien quedó boca abajo, solamente vestido con un boxer negro. Alrededor de la escena del crimen, se comentó que Rodríguez, junto a su familia, estuvieron reunidos en casa de uno de sus hermanos hasta las 12:00 am, momento en el cual decidió retirarse. Sin embargo, sus hermanos lo agarraron y le insistieron que se quedara pero fue inútil.
A las 6:00 de la mañana una lamentable noticia despertaba a los allegados de Luis Esviel. El hombre de 28 años, trabajaba como obrero de la Gran Misión Vivienda Venezuela en Yaritagua, estado Yaracuy, desde hacía seis meses.
En horas de la noche de ayer, fue asesinado, en el túnel de San Jacinto, un joven de 16 años, cuya identidad se resguarda. Su suegra, Yasmery Medina, declaró desconocer los motivos del homicidio. La víctima recibió un balazo en el corazón. Ingresó sin signos vitales a la emergencia del AMP. Con su caso, son diez los crímenes en el inicio de septiembre.
