Autoridades brasileñas minimizaron este lunes un documento interno del Comité Olímpico Internacional (COI) que alertaba sobre la preocupación de la entidad con el ritmo de las obras y definición de las instalaciones para los Juegos de Río de Janeiro, en 2016.
El prefecto de Río, Eduardo Paes, afirmó que el informe es un documento de monitoreo y no es una crítica directa a los trabajos de Brasil para preparar el evento.
«Lo que se tiene es una filtración de un documento interno de acompañamiento. Lo uso dentro de la prefectura.
Se puede alertar por aquello que demanda más atención», dijo a periodistas tras la apertura de un encuentro técnico con integrantes del COI que se encontraban en la ciudad.
El ministro de Deporte, Aldo Rebelo, agregó que «no hay retrasos comprometedores de Brasil y la matriz de responsabilidad será divulgada en breve».
El informe, divulgado el fin de semana por el periódico O Estado de S.Paulo, muestra que – a una escala de colores en que rojo es preocupante, amarillo significa alerta y verde que la obra está al día – algunos equipos para el 2016 estarían en situación de riesgo.
Uno de los puntos de mayor preocupación sería el complejo deportivo de Deodoro, cuyas obras seguían en papel. En un balance reciente de la preparación de la ciudad, el prefecto admitió que ése era el principal dolor de cabeza de la organización para el evento. Allí deben ser disputadas nueve modalidades el 2016, entre las que se cuentan las pruebas de pentatlón, hipismo, tiro y hockey sobre césped.