“Dicen que los han visto por allá por Las Goteras y por Agua Blanca y eso nos preocupa a quienes aquel noviembre del 2004 nos mataron un familiar en la llamada matanza de La Cuchilla”.
De esa forma se expresó María Pastora Durán, residente de La Cuchilla, parroquia Juares, quien aquel 8 de noviembre quedó viuda y cinco niños, sus hijos, además de los de otras parejas, quedaron huérfanos cuando un grupo armado, hasta ahora no identificado, asesinó a su marido, José de los Santos Loyo y a otros cuatro agricultores de la zona.
Pero no sólo María Pastora ha escuchado versiones de campesinos sergún las cuales en la montaña, entre Río Claro y Buena Vista, han sido vistos hombres fuertementer apertrechados con armas cortas y largas.
“Dicen que son gente vestida como militares, con una cinta aquí en la manga y una bandera. Ya son varias las personas que los han visto, hasta un cura que iba pa’ La Capilla los vio, pero nadie sabe quienes son, si son del gobierno o no sabemos qué son, pero estamos preocupados no vaya a ser que pase lo de la otra vez”, afirma María Pastora rodeada por algunos de sus cinco hijos.
Como ella, otros campesinos de La Capilla confirman las versiones, e incluso un joven del lugar que hace pocos días fue atacado a tiros desde la zona montañosa y milagrosamente sólo resultó herido, aunque se mantienen temerosos y prefieren no hablar con la prensa.
De acuerdo a esas versiones, los sujetos armados, irregulares, han sido vistos en sectores como Las Goteras, Riecito, Agua Blanca, La Capilla y Pumaroso.
“Cargan Fal y no son guardias nacionales porque los guardias más bien protegen a uno, pero esos lo que hacen es dañar”, afirmó otro campesino presente.
De acuerdo a lo que ha escuchado María Pastora, los elementos armados se esconden en una finca cercana a Agua Blanca, a cierta distancia de Buena Vista, desde donde se movilizan hasta el sur de Río Claro.
Otro campesino de La Cuchilla que prefirió mantener el anonimato dijo haber escuchado que, además de las armas largas y cortas los sujetos portan radios de alta potencia con los que se comunican entre ellos.
“Ellos como que quieren imponerse como autoridad en la montaña, pero abusan y cometen atrocidades como hace nueve años cuando asesinaron a esos cinco compañeros y dejaron uno paralítico que no volvió a servir para nada”, agregó el campesino.
Pese a la multiplicación de los comentarios al respecto hasta ahora en La Cuchilla y alrededores no se ha presentado autoridad alguna, del Sebin, Cicpc, Guardia Nacional o Policía de Lara a tratar de confirmar o desmentir la presencia de ese grupo irregular en el sur del estado Lara.
También en Andrés Eloy Blanco
Pero también en el municipio Andrés Eloy Blanco, concretamente en las parroquias Yacambú y Quebrada Honda de Guache agricultores han denunciado la presencia de hombres extraños fuertemente armados.
EL IMPULSO tuvo acceso a uno de los panfletos amenazantes que un supuesto frente de la FARC de Colombia está enviando a agricultores de la zona exigiéndoles “colaboración” para “protegerlos” de delincuentes comunes dedicados a secuestros y extorsiones.
“Esté usted atento que yo me comunicaré con usted para darle las coordenadas para su colaboración”, se lee en uno de ellos, enviado por un supuesto comandante Beto Montoya.
Un funcionario que prefirió mantener el anonimato, recordó que hace pocos años, concretamente en el 2004, durante el rescate de una persona que era mantenida secuestrada en montañas de Quebrada Honda de Guache, fueron detenidos dos colombianos y uno de ellos dijo ser guerrillero de las FARC.
En esa oportunidad también se habló sobre la supuesta presencia de elementos armados irregulares en montañas al sur del municipio Andrés Eloy Blanco pero nunca se investigó o confirmó nada.
De estas nuevas incursiones de irregulares en la zona ya se tiene conocimiento en la Dirección de Seguridad y Orden Público de la gobernación, según pudo confirmar EL IMPULSO, aunque se desconoce si ha ocurrido igual en otros organismos con funciones de resguardo de la integridad ciudadana.
Pero hay preocupación entre los agricultores, en especial los caficultores, ante la proximidad de la recolección de la cosecha de fin de año durante la cual se registra una alta movilización de dinero por concepto de la venta del grano.
Víctimas sin victimarios
La noche del lunes 8 de noviembre del 2004 es una que nunca podrán olvidar los habitantes de La Cuchilla, parroquia Juares, al sureste de Río Claro, sobre aquellas mujeres que fueron testigos de cuando un grupo de sujetos armados “reclutaron” a varios campesinos, se los llevaron a un sector conocido como Piedra del Tigre y los asesinaron a mansalva.
En el sitio quedaron los cadáveres de José de los Santos Loyo (36 años), Félix Francisco Hernández (46), José Asmer Durán (36) y Carlos Alexis Alejos Giménez, mientras que el de Argenis Giménez apareció luego pues cuando le dispararon, herido, pudo correr y escapar entre la montaña.
Douglas Alcides Giménez Cordero quedó herido, con un balazo en la cervical que le dejó parapléjico, condenado de por vida a una cama.
María Pastora Durán, esposa de Loyo, recuerda que ella y las otras viudas, María Marcolina Escalona, Értika del Carmen Flores, María Anabela Durán y Yolisber Rincones estuvieron varios meses acudiendo al Cicpc (entonces CTPJ) y fiscalías del Ministerio Público exigiendo investigaciones serias que permitieran identificar y capturar a los criminales pero nada lograron.
“Ellos no quisieron hacer nada porque creemos que en eso estuvo metido el gobierno. No fuimos más a las fiscalías porque nos dijeron que el caso estaba cerrado”, dijo.
Viudas y huérfanos de aquella matanza no tuvieron más remedio que resignarse a la impunidad con respecto al caso, pero hoy, ante nuevas versiones de que nuevamente han sido vistos grupos extraños armados en las montañas entre Río Claro y Buena Vista, temen pueda ocurrir algo parecido.
Recuerda haber asistido en aquel tiempo a una reunión en Agua Blanca con un supuesto jefe del grupo, “un tipo alto, blanco, achinado, de unos 40 años, gordo, bien fuerte”.
Como medida de precaución, muchos agricultores de la zonaprefieren no andar de noche por los solitarios caminos montañosos entre Río Claro y Buena Vista ante el temor de ser interceptados por los elementos armados y, además de ser atracados, heridos a balazos o hasta causarles la muerte ante cualquier intento de resistencia.
No hay seguridad en el medio rural
Para Guillermo Palacios, diputado a la Asamblea Nacional, la inseguridad en el medio rural tiene sus raíces en el poco o nulo trabajo que realizan los organismos competentes para resguardar los derechos de los ciudadanos que viven en esas zonas.
La parte montañosa del estado, agrega, sobre todo las que van desde Río Claro hasta los municipio Morán y Andrés Eloy Blanco, colindando con Trujillo y Portuguesa, han sido tomadas por cualquier clase de bandas delincuenciales, paramilitares y relacionadas con organizaciones internacionales dedicadas a la guerra de guerrillas, que azotan a los productores rurales y se desplazan a las poblaciones urbanas para cometer fechorías y luego esconderse en lugares a los cuales tienen muy poco acceso las autoridades, las cuales, con su inacción, han permitido a estas bandas tomar el control de esta parte de la entidad.
“El gobierno es responsable de masacres como la ocurrida en La Cuchilla de Río Claro por no haber tomado las medidass oportunamente parta evitar que estos casos ocurran y queden impunes, como ocurrió en el 2004, que a la fecha no se conoce la autoría material ni intelectual, dejando un sabor amargo en las familias por no haberlo investigado a fondo y precisado responsabilidades”, señaló.