Hemos llegado al punto de vivir en una sociedad totalmente vulnerable, descalabrada por los cuatro puntos cardinales. Esto es el autentico fenómeno, vivimos una época y una situación sociocultural sin precedentes.
No conforme con el toque de queda que nos autoimponemos, la censura estatal hacia los medios de comunicación, el problema de no tener dólares para viajar tantas veces se quiera, el secuestro exprés de los vehículos y la restricciones hasta para pasear las mascotas, ahora parece ser que nosotras las damas y algunos caballeros, no podremos tener los cabellos largos para exhibir y enmarcar el rostro.
Yo pensaba que el reciente secuestro del perro, era uno de los episodios más insólitos que me he enterado, pero ahora con el robo de cabellos -muy distinto decir cabello que roba- esto ha llegado al límite de la capacidad de asombro. De ahora en adelante tendré que cultivar esta capacidad y promover estrategias de entendimiento, para no caer en lagunas mentales.
Bueno no queda de otra, creo que para minimizar el posible problema que originan los robacabellos, habrá que arroparse el cabello y parte del rostro como las mujeres musulmanas -haciendo mención con el respeto correspondiente-, ya que considero que el uso de pañuelos o “pañueletas” multicolores tendrá que imponerse como un velo, si una no quiere que le quiten las cuatro mechas que tiene.
Asimismo, para no ser alarmista considero que no es un problema que va a preocupar a toda la población, ya que en honor a la verdad, unas féminas tienen cabellos, otras pelos y otras un mechero sin ton ni son, pero según la calidad del mismo igual tienen valor en el mercado.
Finalmente recomiendo ser precavida, de lo contrario muchas damas quedaran pelonas antes de las fiestas decembrinas, ya que revisando las últimas estadísticas delictivas hasta Rapunzel está en la lista para corte y robo de cabello, eso sí a todas se les asegura patria, pelonas pero con patria…