Yay es un caserío ubicado al norte de Sanare, famoso por su Hundición, un fenómeno de la Naturaleza que atrae visitantes perrmanentemente, sobre todo en época vacacional.
Pero a pesar de que, según algunos historiadores, ese fue el primer asentamiento para la fundación definitiva de Sanare, poca o ninguna atención ha recibido desde la alcaldía de Andrés Eloy Blanco o de la gobernación, mucho menos del Gobierno nacional.
Los habitantes de Yay han venido pidiendo, implorando, durante años, el total acondicionamiento de su carretera para una mejor comunicación con la capital municipal.
Roselis Jiménez, una de sus habitantes, recordó que hace algunos meses la gobernación le pasó un patrol a la vía porque estaba en muy malas condiciones, pero lo ideal sería que le echaran una capa de asfalto y de esa forma el número de turistas se multiplicaría para beneficio de los residentes que tendrían comercio para sus cerámicas o acemitas.
También abogó por una plaza Bolívar pues hace unos cuantos años la alcaldía comenzó a construirla y apenas levantaron un pedestal porque ni un busto le pusieron.
“Ojalá la hicieran para las fiestas en honor a San Diego de Alcalá, el patrón, el próximo 11 de noviembre.
La iglesia, que recibe la visita de un sacerdote de El Tocuyo cada quince días, también requiere mantenimiento, y seguridad, pues hace años fue saqueada.
Carmen Lucena, quien mantiene la tradición de las acemitas “yayeras” en el municipio Andrés Eloy Blanco, también abogó por el asfaltado de la carretera ya que todas las semanas debe viajar a Sanare a vender sus productos.
Son apenas seis kilómetros de asfalto los necesarios para que el poblado quede mejor comunicado con Sanare y el resto del país.
El agua también es una necesidad en Yay pues en invierno la reciben por gravedad desde la montaña pero en verano quedan dependiendo de la que les envían desde la alcaldía en cisternas.
“Yay necesita más atención, como pueblo turístico que es, para que el visitante venga con mayor frecuencia”, afirmó Roselis.