Un particular torneo de polo se disputa hasta el domingo en Tailandia, en el que los tradicionales caballos han sido sustituidos por elefantes para acercar la competición a las costumbres del país asiático.
Los jugadores, ataviados con pantalón blanco y casco de polo y subidos a lomos de los elefantes, se presentan a la ceremonia de bendición de los equipos antes de los partidos. Comienza la 12ª edición anual de la King Cup.
A continuación, los diez equipos internacionales afrontan la competición. Los famosos All Blacks, venidos de Nueva Zelanda, juegan contra los Ladyboys, un equipo de transexuales procedentes de todos los rincones de Asia.
La adaptación a los movimientos de los paquidermos no es siempre fácil para los jugadores, acostumbrados al polo más tradicional.
«Los caballos se mueven mucho más rápido. Los elefantes sólo trotan, lo que nos sorprendió. Pensábamos que correrían un poco pero no, ellos van muy lentamente», se lamentó Steve Thompson, jugador del Dubai Polo Academy.
El polo con elefantes, que también se practica en la India, es criticado por los defensores de los derechos de los animales, que han denunciado que supone un maltrato para los paquidermos.
«Las crías de elefantes son separadas de sus madres, golpeadas y sometidas a malos tratos de forma rutinaria durante los entrenamientos», señaló la asociación de defensa de los animales PETA.
Los organizadores de la King Cup contradicen esta afirmación y advierten de que esta competición permite a los elefantes el acceso a la atención médica, e incluso una suerte de ‘vacaciones’, alejados durante unos días de su trabajo diario de transportar turistas.
«Les hacemos un control médico, están bien alimentados y nos ocupamos de ellos. Si un elefante no está en buena forma o no está feliz por jugar, inmediatamente sale del campo. Están aquí una semana, es como un centro de talasoterapia en Huan Hin», bromeó Tim Boda, organizador de la competición, que se disputa en Hua Hin, estación balneario de la familia real tailandesa.
Ya en serio, la organización subrayó que cada año dedica miles de dólares en proyectos de conservación de los elefantes en Tailandia.