Entiéndase una cosa, cuando el gobierno acusa de algo es porque está cometiendo tal crimen. Victimizarse para esconder su culpabilidad y tapar sus fechorías es una estrategia que los cubanos heredaron de los soviéticos y que ahora lamentablemente forma parte del día a día de los venezolanos. Se reescribe el pasado constantemente y se manipula la verdad diaria en el presente, para que solo exista una realidad oficial patrocinada por el partido de gobierno que justifique todo su accionar. Expropian la verdad.
Veamos algunos ejemplos prácticos del acontecer actual:
1.- “Nos quieren invisibilizar”: Esa es la denuncia constante del Gobierno en su ataque permanente al periodismo independiente. Mientras tanto compran a Globovisión para purgarla y acallar la crítica, compran la cadena Capriles para irla también sometiendo a los intereses del gobierno, compran Noticias 24 para convertirla en el diario personal de Andrés Izarra, y le abren un juicio a Nelson Bocaranda y a Miguel Henrique Otero. Entonces, ¿Quién quiere invisibilizar a quién? Los canales del Estado que ya son la gran mayoría sí invisibilizan a la mitad del país, al punto que ANTV enfoca al techo del hemiciclo cuando un diputado de la MUD habla. Dictadura comunicacional.
2.- “La guerra económica”: Esta es la consigna del Gobierno para justificar la inflación y la escasez galopante. Pero los hechos son claros, fue el gobierno quien devaluó tres veces la moneda este año y creó un mecanismo de subasta permanente que hace imposible calcular el verdadero valor del dólar oficial, generando un aumento exorbitante del precio real del dólar libre. Esto en una economía de puertos con un aparato productivo nacional acabado gracias a las constantes expropiaciones y persecuciones, no puede sino generar escasez e inflación indetenible e irreversible. ¿Dónde están los Fundos Zamoranos? ¿Qué están produciendo las empresas socialistas? La guerra económica es la que tienen los enchufados dueños de los dólares contra un pueblo empobrecido que literalmente se está matando para poder comer.
3.- “El presidente obrerista”: Aunque Maduro nunca fue dirigente sindical electo por las bases, su pasado de reposero le valió para que los cubanos crearán la consigna del “primer presidente obrerista” de Venezuela. Pero la verdad es que a Maduro le debemos la muerte del salario como concepto y herramienta de superaciṕn personal y familiar. Actualmente un salario mínimo no alcanza ni para comprar un caucho de un vehículo. Pongamos este ejemplo: para comprar los mil dólares que otorga el propio Gobierno por Sicad, se requiere contar con Bs. 12.000,00, o sea más de cuatro sueldos mínimos. Y es que según el precio del dólar oficial Sicad un venezolano promedio gana apenas $ 200 mensual, equivalente a una comida diaria en Mc Donald’s. Para comprar un auto iraní hecho por el Gobierno, si tiene la suerte de conseguirlo, se requiere 100 sueldos mínimos juntos. Ni hablar para una casa, algo ya imposible de alcanzar para la clase trabajadora del país. Y siguen diciendo que tenemos el salario más alto de latinoamérica; mentira, es el más bajo del continente.
4.- “La corrupción amarilla”: Esta es la gran consigna cubana para tapar la corrupción más atroz de un gobierno que tiene 15 años dilapidando el dinero del pueblo. Ahora la corrupción es culpa de la oposición y no de quienes manejan el dinero del petróleo. Y no es sólo la corrupción administrativa de los enchufados políticos, basta con ir a Maiquetía para darse cuenta que la corrupción es una forma de vida en esta Venezuela Socialista. Los buhoneros venden papel tualé con sobreprecio en todas las esquinas, sin que pase nada. La corrupción no es amarilla, es roja y verde, es del PSUV y los militares.
5.- “El magnicidio”: En la Venezuela actual la vida no vale nada a menos que seas Nicolás Maduro o Diosdado Cabello, sólo ellos importan. Mientras los militares matan a los ciudadanos en las alcabalas, mientras el hampa desbordada asesina a inocentes todos los días en medio de la impunidad más grande, mientras en una cárcel se caen a plomo en una masacre para designar al nuevo pran que va a controlar el recinto, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello recurren una vez más al expediente del magnicidio para desviar la atención. Pero quien sí está siendo asesinado paulatinamente es el preso político Ivan Simmonovis quien parece condenado a correr la misma suerte que Franklin Brito. Si a Chávez lo mataron que investiguen a los Castro y a Maduro, y si a Maduro le pasa algo será para beneficio exclusivo de Diosdado, y viceversa. ¿Y quién se preocupa por la vida del pueblo?
Lo ha dicho varias veces Henrique Capriles, esta lucha es por la verdad, y no hay mejor razón para luchar que esa. Actívate, que este 8 de diciembre saldrá a flote la verdad y comenzará a derrumbarse la maraña de mentiras tejidas con asesoría cubana para protección de los negocios de los enchufados.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.