El reto al que nos enfrentamos
“Si tu realmente quieres entender algo, trata de cambiarlo.” Kurt Lewin
¿Como podemos nosotros, ayudar a los emprendedores a construir negocios exitosos?
Esta no es una pregunta teórica, hecha por académicos o filósofos de sillón, sino más bien una verdadera y práctica pregunta, que reta, no sólo a mí, sino tambien aquellos que estan todos los días en el campo del desarrollo económico.
Conjuntamente, con haber puesto en marcha y operado mis propios negocios, he tenido el privilegio de trabajar directamente con más de 1.500 emprendedores, en consultorias a largo plazo, coaching, formación, etc. De diferentes sectores, países, culturas, razas, de ambos géneros. Muchos tenían un alto grado de instrucción, otros no habían terminado la universidad o el bachillerato.
Pero cada vez que me encuentro cara a cara con otro emprendedor, me pregunto: Como es que esta persona y su empresa es diferente de aquella que vimos antes y si esa diferencia es importante?.
Hay dos enfoques clásicos, que representan los extremos de este asunto: podemos escoger tratando a todos de igual manera o tratar a cada uno de manera diferente. La primera opción es eficiente, porque ignora las diferencias en favor de una medida única para todas las soluciones. La segunda opción es efectiva porque cada solución es personalizada, pero no es eficiente, porque ignora las similitudes. Por lo tanto, hay peligros en ambos extremos. Entonces, ¿cómo decidimos qué hacer?
Generalmente buscamos algún tipo de criterio que nos permita ordenar y clasificar a los clientes en una manera práctica y útil. Sin embargo, el criterio tradicional que usamos para clasificar a los emprendedores- por edad, género, ubicación, tipo de negocio- simplemente no ayuda. Estas características son superficiales y no revelan nada útil acerca de sus necesidades.
Este problema lo vi más claro, cuando leímos que un comité para una importante asociación comercial de desarrollo económico, quería clasificar un grupo de gerentes para una incubadora de empresas en, aquellos que manejarían empresas tecnológicas, otros programas en áreas rurales, los que operarán empoderamiento en las ciudades del interior y aquellos que manejarían incubadoras mixtas. Ellos sostenían que el emprendimiento tecnológico era diferente de aquel que funciona en las áreas rurales y urbanas y debían ser separadas. Realmente yo no veo bien esa clasificación, ya que los emprendedores todos, tienen los mismos problemas en relación a obtener financiamiento, encontrar buenos colaboradores, etc, y eso no depende de donde ellos viven o que empresa están llevando adelante.
Sabemos, que existen significativas diferencias entre los emprendedores y que un conocimiento sustantivo de ellos, nos dará la capacidad, de ser eficientes y efectivos, para ayudarlos a construir empresas exitosas.
Así encontramos dos variables claves para atacar este tema, Las habilidades emprendedoras y las etapas del ciclo de vida de los negocios.
La primera ordena los emprendedores en cinco niveles: Novatos, sencillos, dobles, triples y jugadores de Grandes Ligas. El segundo ordena las empresas en seis fases: Pre-Empresa, Existencia, Crecimiento Inicial, Expansión, Madurez y Declive.
Piensen en esto, seguiremos sobre el tema.