Bajo el radiante sol del fin de semana, propios y visitantes se encontraron en el más colorido de los poblados larenses para disfrutar del cierre de la Feria Internacional de Tintorero, que este 2013 arribó a su edición XXII.
En el cálido municipio Jiménez; Tintorero, un pueblo que diseña su historia en sus propios telares, recibió a miles de seguidores de lo “hecho a mano”, para admirar el arte de unos 750 artesanos.
La exhibición y venta se realizó durante una semana. Los espacios de la Aldea Artesanal de Tintorero se vistieron de arte con piezas de madera, hierro forjado, cueros, telas y demás materiales nobles para la realización de artículos decorativos y otras piezas utilitarias.
Recorrido por la cultura
A partir de las diez de la mañana, los visitantes podían iniciar el recorrido que iba desde los callejones del pueblo hasta las casonas de la Aldea Artesanal y los pasillos de la Casa de la Cultura Sixto Sarmiento.
Delegaciones de diversos estados de Venezuela se encontraban en la feria para mostrar lo mejor de su cultura.
Desde Chivacoa, estado Yaracuy, llegó Carmen Meléndez junto a Rosa Cabrera y María de Graterol, para ofrecer sus piezas artesanales hechas con fibra de vetiver.
“Tenemos tres años participando en la Feria y nuestras ventas han mejorado en comparación a ediciones anteriores (…) lo más bonito ha sido mostrarle al público el proceso de realización de las piezas. Algunas son sencillas, como los imanes para neveras, pero hay adornos grandes con los que tardamos hasta una semana”, explicó Meléndez.
Muy cerca de las piezas de vetiver, estaban las tallas religiosas realizadas por Jorge Cruz, quien viajó desde Puerto La Cruz con sus piezas realizadas en madera de cedro con acabados de acrílico, hojilla de oro y envejecido.
Cruz, quien vino a encontrarse con sus clientes fijos, quiso destacar que este año han contado con mayor seguridad y organización.
Por otra parte, el negro brillante de los azabaches resaltaba en el stand de José Barrueta, que desde hace 20 años viene de Ciudad Bolívar para mostrar sus accesorios de gran belleza que muchos utilizan como protección.
“Cuando vinimos por primera vez a Tintorero era solo tierra y unos toldos, por lo que aplaudo el crecimiento de la Aldea Artesanal como punto de encuentro para la cultura de nuestras regiones”, afirmó Barrueta, quien reconoció que pese a la situación económica del país, “la gente siempre guarda algo de dinero para venir a la feria”.
Recorriendo la artesanía larense, no podían faltar instrumentos sonoros como el cuatro, guitarra y maracas, como referencia obligada en la capital musical de Venezuela.
Por esta región, también destacaba la orfebrería artesanal de Germán Nesterovsky. Con técnicas de soldado, calado, cincelado y forjado, realizó diversos accesorios para el público femenino.
La artesanía internacional también se hizo presente, aunque este año en menor escala. Sólo delegaciones de Colombia, Perú y Ecuador, se encontraban mostrando su cultura y artesanía a los venezolanos.
Honor a Sixto Sarmiento
En homenaje al mejor tejedor a mano en la historia del país, la Casa de la Cultura de Tintorero lleva el nombre de Sixto Sarmiento.
En los espacios de este recinto, sus nietos decidieron instalar un telar para mostrar la historia de Sarmiento, quien además de tejer cobijas y hamacas, se destacó como vionilista.
Bajo la premisa de este recordado artista, quien decía que “la mejor medalla para un artesano es que la gente lo visite y le mire su forma de hacer el trabajo”, David Sarmiento, su nieto, permitió que el público pudiera acercarse y realizar tejidos con sus propias manos.
La interacción con el público fue tal, que quien tejía algún pañito podía llevarse aquel colorido artículo como recuerdo.
De los mismos telares de Tintorero, también adornaron los espacios las hamacas como artículo favorito de quienes visitan este colorido rincón larense.
Un gusto al paladar
La gastronomía larense y dulcería criolla, también estaba presente en los pasillos de la Aldea Artesanal de Tintorero.
Recetas tradicionales permitieron que los comensales se sintieran como en casa, mientras disfrutaban además de música popular en vivo, ya que la feria contó con una extensa cartelera musical colmada de talento nacional.