Francotiradores abrieron fuego el lunes contra uno de los vehículos de un convoy de la Organización de Naciones Unidas que transportaba a un equipo que investiga el presunto empleo de armas químicas fuera de Damasco, dijo un portavoz de la ONU.
El gobierno sirio acusó a las fuerzas rebeldes de disparar contra el equipo, mientras que la oposición dijo que una milicia progubernamental estaba detrás del ataque.
Activistas dijeron que los inspectores finalmente llegaron a Moadamiyeh, un suburbio al oeste de la capital y una de las áreas en las que supuestamente se produjo el presunto ataque con armas químicas de la semana pasada. Dijeron que los miembros del equipo pasaron tres horas en un hospital improvisado en donde se reunieron con los médicos y tomaron muestras de las víctimas antes de regresar a Damasco.
Estados Unidos ha dicho que hay pocas dudas de que el régimen del presidente Bashar Assad fue el responsable del ataque del 21 de agosto en los suburbios de la capital. Activistas dicen que cientos murieron en el ataque, mientras que el grupo Médicos Sin Fronteras calcula que hubo 355 decesos. Assad ha negado que se haya perpetrado un ataque químico.
El ataque del lunes se produjo en un momento en que aumenta el apoyo a los planes de una respuesta militar internacional si se confirma que las tropas de Assad utilizaron armas químicas. Francia, Gran Bretaña, Israel y algunos congresistas de Estados Unidos han dicho que una respuesta así contra el régimen sirio debe ser una opción.
Por su parte, Rusia dijo que las naciones occidentales que piden acciones militares no tienen ninguna prueba de que el gobierno sirio esté detrás de los ataques químicos.
El gobierno sirio dijo que sus fuerzas de seguridad cuidaron al equipo hasta que llegaron a una posición controlada por los rebeldes, donde el gobierno dice que ocurrió el ataque del francotirador.
Martin Nesirky, portavoz del secretario general de la ONU Ban Ki-moon, dijo que uno de los vehículos de la ONU recibió varios disparos deliberados el lunes en la zona ubicada entre territorio controlado por rebeldes y el que controla el gobierno, y agregó que el equipo estaba a salvo.
Nesirky dijo que el coche quedó inservible tras los disparos, lo que obligó al equipo a regresar a un puesto de control del gobierno para reemplazar el vehículo.
Activistas sirios y los líderes de la oposición han dicho que entre 322 y 1.300 personas murieron en el presunto ataque químico en los suburbios occidentales de la capital.
En declaraciones a los periodistas en la capital surcoreana de Seúl, el secretario de la ONU, dijo que «cualquier uso de armas químicas por cualquier persona en cualquier circunstancia es una grave violación del derecho internacional y un crimen atroz. No podemos permitir impunidad en lo que parece ser un grave crimen contra la humanidad».
Foto: AP