Un caos urbano llamado Transbarca

Cuando se anunció con bombos y platillos, hace unos diez años, la construcción y puesta en marcha de un sistema de transporte masivo superficial para la ciudad de Barquisimeto al que se le denominó “Transbarca” se dejaron oír voces calificadas que de inmediato plantearon sus objeciones a tal proyecto, ante tales opiniones divergentes y contrarias a la voz oficial se impuso el silencio. Sólo se anunció el proyecto pero no se le dio a la ciudadanía explicación alguna del mismo, ni desde el punto de vista técnico ni operativo, menos aún de su utilidad real en el transporte de personas en gran volumen ni su compatibilidad con la red de transporte público existente.
Confieso que soy abogado, lejos estoy de tener conocimientos de diseño, arquitectura, ingeniera y planificación urbana pero hay una herramienta en todo ser humano que nos permite opinar en asuntos importantes y delicados como éste, esa herramienta es la lógica, el sentido común  y la condición de conductor y usuario de las vías de esta gran ciudad.
Cuando se trata de macro proyectos como Transbarca se deben cumplir con pasos previos de controles de diseño, construcción, equipamiento y puesta en funcionamiento de tal sistema; no vamos a entrar a hacer críticas que levanten  más polémicas de las que se han suscitado respecto a este sistema, la intención es coadyuvar a buscar soluciones y alternativas válidas para hacer de Barquisimeto una ciudad más organizada y mejor estructurada.
Entiendo que para proyectos como Transbarca se requiere de un estudio de factibilidad, diseño vial, estructura, mobiliario urbano, entre otros, para lo cual ha debido servirse de profesionales altamente calificados en la materia sin obviar el asesoramiento de empresas relacionadas con la prestación del servicio y considerar las experiencias de otros países en dicha materia, como por ejemplo, la ciudad de Bogotá, Colombia, donde funciona casi a la perfección el sistema implementado el cual, a mi módico entender, era perfectamente aplicable al caso de Barquisimeto sin necesidad de una inversión multimillonaria como ha ocurrido con Barquisimeto, parte de la cual se pierde con las reformas puntuales que se le han hecho al proyecto inicial, ejemplo claro, la casi segura desincorporación de los Trolebuses los cuales operan esporádicamente en el ramal de la avenida Libertador y por lo general vacíos o con muy pocos pasajeros.
Desconozco las razones que privaron para seleccionar el sistema de trolebuses y la eliminación de un canal, nunca hubo una explicación técnica que justificara tal inversión, más aún, con las características de las avenidas Libertador y Venezuela en las que se pudo aprovechar al cien por ciento sus canales de servicios con paradas determinadas y exclusivas para los buses del sistema, lo cierto es que, considerando las características de nuestra ciudad, su conformación plana de calles y avenidas bien trazadas en su área urbana y central, lucía más lógico el sistema subterráneo (METRO) que hubiese permitido un mejor y más rápido desplazamiento de personas de este a oeste y viceversa y de norte a sur y viceversa manteniéndose así el flujo vehicular aceptable por las distintas vías urbanas, en diez años ya era mucho lo que hubiese avanzado la construcción de este moderno sistema adoptado ya en la ciudad capital, Valencia y Maracaibo.
No se consideró el municipio autónomo de Palavecino con Cabudare a la cabeza, ciudad habitacional que aporta una gran cantidad de personas y vehículos en desplazamiento diario a Barquisimeto; una vez más la improvisación se deja sentir, los intereses políticos privan sobre el interés colectivo, acaso se hizo el estudio de factibilidad vial que justificara sacrificar un canal de la otrora modelo Avenida Venezuela?se tomó en cuenta el número de vehículos que a diario transitan por esta arteria principal? se previó el acceso y desplazamientos de unidades oficiales como patrullas y ambulancias en caso de un siniestro?se tomó en cuenta la seguridad personal de los usuarios quienes tendrán que atravesar la avenida para acceder a las paradas ubicadas en la isla central?no imagino la tranca vehicular que se producirá en las intersecciones de la Venezuela con Bracamonte, la Morán, la calle 13; con la Vargas, la calle 22; calle 25; calle 30; calle 38 y con la Avenida Rómulo Gallegos donde por sí ya es complicado transitar por el congestionamiento que ocasionan los vehículos y autobuses de servicios públicos,, urbanos y extra urbanos, debido a la ubicación del actual terminal de pasajeros….donde están esos estudios?….ni pensar lo que será en lo adelante transitar por la Avenida 20 truncada desde la Vargas hasta la 42 con el Bulevar aún sin ser concluido, si a ello sumamos el mal estado de muchas de nuestras vías, la desorganización, falta de señalización, irrespeto a las paradas de transportes deservicios públicos, el estacionamiento en zonas prohibidas y una verdadera aplicación de la Ley de Tránsito,  el caos que se avecina es de pronóstico reservado.
Barquisimeto es una ciudad modelo, con un desarrollo sustentable y una arquitectura moderna que ha permitido tener una mejor vida, los actuales desarrollos urbanísticos tanto en el este, centro y oeste apuntan a una mayor movilización de personas y vehículos lo que sumado a la eliminación de canales importantes anuncia de pleno el caos inminente que se avecina…. Los expertos tienen la palabra, el Gobierno la responsabilidad, la ciudadanía espera una explicación y justificación de las modificaciones hechas al proyecto inicial. Tristemente se percibe que los intereses políticos con fines electorales han privado una vez más en detrimento de nuestra calidad de vida. Un país no se desarrolla con actitudes egoístas, personalistas y electoreras, seguimos como el cangrejo…..involución del siglo XXI.Sencillamente más de lo mismo!