El crecimiento del 2,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), registrado en el segundo trimestre del presente año, dado a conocer por el presidente del Banco Central de Venezuela, Eudomar Tovar, es pírrico.
Al hacer tal afirmación el Dr. Héctor Mantilla, profesor de la Universidad Santa María en Economía y en la Escuela de Administración, quien fue entrevistado por EL IMPULSO, indica que esa cifra está por el orden del crecimiento interanual de la población venezolana.
En otras palabras, es un crecimiento nulo, asienta. Pero, lo que llama poderosamente la atención no es tanto lo informado por el BCV sino las cifras de inflación que se están registrando en el país, donde se está produciendo el fenómeno de la estanflación, que es lo peor, pues consiste en el disparo de los precios en medio de un ambiente de recesión.
El incremento en alimentos
Cuando se hace el análisis del crecimiento económico del país, hay que hacer una discriminación sobre las diversas áreas económicas, explica el Dr. Mantilla. Y vemos que lo que está creciendo es el sector de los alimentos. En este aspecto un diario fue muy gráfico en su titular al reflejar que “la papa salvó la economía”. La inflación está aumentando tanto que podría situarse a fines de este año en 70 u 80 por ciento en el rubro de los alimentos.
-Si usted considera que es pírrico el crecimiento, ¿cuál podría ser el nivel importante?- Del 6 al 8 por ciento sería interesante. Pero, cuando es del 2,6 por ciento y la inflación está por encima del 50 por ciento, ésta se come al crecimiento económico. Y eso lo está percibiendo a diario la población.
La realidad nos indica primero, que ya el dinero no alcanza ni siquiera para comprar la cesta básica de alimentos y segundo, el crecimiento económico está siendo apuntalado por el gasto público. Esto quiere decir que la inflación va a seguir aumentando.
El juego no está claro para los inversionistas
-¿Qué sería lo recomendable?
-Lo sano es que el crecimiento fuese potenciado por la inversión; pero, lamentablemente, la inversión está decayendo. Las reglas de juego no están claras para los inversionistas y no hay nada más temeroso que eso para el capital.
A comienzos de año parecía que el Gobierno estaba dando un viraje cuando comenzó a dialogar con el sector privado y cambió un poco su lenguaje contra los empresarios. Aunque no se han vuelto a producir confiscaciones, no existe posibilidad de que la economía mejore. No ha sido posible que se repatrien más de 10 mil millones de dólares de las empresas extranjeras y, por otra parte, dependemos del petróleo y la producción petrolera, no obstante que el barril está por el orden de los cien dólares el barril, ha bajado y en el mejor de los casos, se encuentra estancada.
-¿Esta mal la economía nacional?
-Muy mal.
