Los habitantes de Siquisique se encuentran desesperados y hasta al borde de la ruina como consecuencia del mal servicio que les ofrece Corpoelec, si es que aún puede llamarse servicio el suministro de eletricidad.
“Aquí se fue la luz a las ocho de la noche de ayer y esta es hora que seguimos sin electricidad”, dijo el profesor Víctor Pire cerca de las diez de la mañana de este jueves.
Explicó que los apagones en Siquisique y todo el municipio Urdaneta es algo rutinario que deben soportar con resignación porque no encuentran a quien reclamar.
“La luz llega con tan poca fuerza que ni los ventiladores se mueven y no podemos prender otros aparatos, entre ellos los televisores por el temor a que la baja tensión o las subidas extremas los quemen”, agregó.
Insistió en que en el sector San Antonio, al suroeste de la capital del municipio se quedaron a oscuras a la hora señalada y en la mañana no había llegado.
Tanto Pire como otros habitantes se cansaron de llamar a Corpoelec en busca de alguna explicación a esa irregularidad pero no la consiguieron.
“Ahí nadie nos da ninguna razón ni toman en cuenta todos los artefactos eléctricos que se dañan todas las semanas a causa de las bajas de tensión o de los apagones no anunciados”, enfatizó.
Reinaldo Armao, ex-prefecto de Siquisique, confirmó la irregularidad y al preguntarle sobre la cantidad de apagones que ocurren dijo que “al menos 20 o 30 veces diarias se va la luz en Siquisique”.
Estas fallas en el suministro eléctrico también trae como consecuencia la suspensión del servicio de agua por tuberías ya que los motores dejan de funcionar.
“Y son muchas las bombas que se han quemado, no sólo por la falta de suficiente fuerza sino también por la carencia de mantenimiento y los años en servcicio”, agregó.
En general, en Siquisique esperan que algún día Corpoelec les garantice un servicio óptimo de algo tan importante como la electricidad.