Hay una política de desmontaje del control obrero dentro de las empresas nacionalizadas y esto es muy grave porque se está dando una nueva institucionalidad burocrática dentro del Estado.
Así lo manifestó la coordinadora de Organización de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete), Marcela Maspero, en una entrevista realizada por el circuito Unión Radio, donde afirmó que los trabajadores de las empresas nacionalizadas están quedando a la deriva en materia de derechos laborales.
«Hay en estos momentos un limbo jurídico con respecto a esto del control obrero dentro de las empresas expropiadas o nacionalizadas. Es evidente que se hizo un gran avance en materia teórica, pero ahora el general Osorio quiere echarle la culpa a los trabajadores de Guayana, del desastre que se vive diariamente en las empresas de la CVG, que hace algún tiempo estuvieron en manos privadas y hoy forman parte de todos los venezolanos», dijo.
Afirmó que para que exista control obrero y participación de los trabajadores, no es necesario pedir un carné político, denunciando que esta situación se evidenció en empresas como Venalum y Alcasa.
«Nosotros queremos denunciar al que era secretario general del sindicato de Ferrominera, al secretario general del sindicato de Alcasa, también responsables del secuestro de todo el tema de control obrero y de la tergiversación que existe», indicó.
Precisó que otro caso preocupante de mala gerencia es el de aceites Diana, porque el gobierno está haciendo todo lo posible para que los trabajadores no asuman las riendas de esta empresa.
«Es preocupante el anuncio ofrecido por el ministro Osorio cuando dijo que los trabajadores no sabemos administrar empresas. La realidad es el Gobierno no quiere soltar esta empresa porque hay un dinero que fue aprobado para mejorar la planta, para incrementar las negociaciones que tienen de materia prima con el exterior con Ecuador y Nicaragua, que nos suministran a materia prima y presuntamente para toda la siembra de Palma Africana, que ojalá el Presidente en esta cruzada que tiene contra la corrupción averiguara que ha sido de esta acción», indicó.
La líder sindical también nombró a Lácteos Los Andes, que a su juicio era una empresa solvente, sin problemas sindicales y luego de la nacionalización cayó en desgracia.
«En esta empresa no hay materia prima y los trabajadores están preocupados por esa situación. Creo que definitivamente el Estado está colapsando las empresas para entregarlas nuevamente al capital privado por el gran fracaso que han tenido», sentenció.
Finalmente, instó al Ejecutivo Nacional a realizar seguimiento a todas estas empresas nacionalizadas “para atacar a los verdaderos responsables del desastre en las instituciones”.