Para recordar: “Vi en el cielo otra señal, grande y admirable. Siete ángeles con las últimas siete plagas, con que la ira de Dios llega a su fin.” (Apocalipsis 15:1).
A veces, cuando los problemas nos caen uno tras otro decimos: “Nos han caído las 10 plagas de Egipto”.
En cierto sentido tienen razón, porque efectivamente fueron 10 plagas, y aparecieron como juicio, o forma que Dios utilizó para liberar al pueblo hebreo de la esclavitud egipcia, hace un poco más de 4.500 años.
Las 10 plagas, han sido llevadas al cine y televisión, algunas propuestas un poco irreverentes o promiscuas que generan dudas sobre verdades bíblicas; como el caso, según la wikipedia, de los científicos de National Geographic, con el documental: “El secreto de las diez plagas”.
Según la Biblia, en Éxodo, capítulo 7, se encuentra el orden de éstas diez (10) plagas: El agua convertida en sangre, las ranas, los piojos, las moscas, muerte del ganado, las úlceras, el granizo, las langostas, las tinieblas, las muerte de todo primogénito (de animales y humanos).
Igualmente, en Apocalipsis 16 se señalan las siete (7) postreras plagas y algunas de ellas pudieran estarse ejecutando en nuestra época. Por cierto, entre las coincidencias de las plagas de Egipto y las postreras están: Las úlceras (tumores), agua convertida en sangre, el granizo y las tinieblas.
Antes de continuar, acotamos que la Biblia es un documento divino y ella misma se autodefine como: el “Pan de vida” (Deuteronomio 8:3); “una lámpara” (Salmo 119:105); “espada de dos filos” (Hebreos 4:12); “los dos testigos” (Apocalipsis 11:3), entre otros.
A veces sentimos tristeza que al hablar de este tipo de tema, existe la tendencia humana en considerar dichos comentarios como alarmistas o exagerados.
Lo anterior obedece porque a pesar de todo lo sucede en nuestro planeta, sobra quien no crea en las diez (10) plagas de Egipto y, tal vez menos, en las futuras siete (7) plagas apocalípticas. Pero, si alguien duda (teniendo la libertad de hacerlo), por casualidad ¿No está dudando de la Biblia o de Dios?
No obstante, la información sobre las plagas, se la entregó Dios al profeta Juan, y él escribió sucesos que ocurrirán antes del final de éste planeta, como: Ulceras malignas, el mar se convierte en sangre, los ríos se convierten en sangre, el sol quema a los rebeldes, tiniebla sobre la bestia, el Armagedón, terremoto y granizo (ver Apocalipsis 15 y 16).
Algunas de estas plagas se explican por sí solas, porque su nombre lo indica. En el caso de las úlceras malignas, muy bien puede tratarse del terrible cáncer y otras enfermedades con similar comportamiento; cuando dice que “el sol quemará a los rebeldes”, tal vez se refiera a los que quieren guerra, los malvados o los que no creen en Dios, en todo caso el “astro rey” (el sol) está ardiendo cada día más.
El Armagedón significa “monte de la reunión”, preparación para las guerras y aunque están en aumento, el Armagedón será la última convocatoria de la bestia, los reyes de la tierra, azuzados por Satanás, para luchar contra Cristo. Y, la buena noticia es que después del sellamiento, el Señor Jesús vendrá, ni si quiera tocará la tierra y se cumplirá Apocalipsis 6:15-17.
La plaga que habla de las “tinieblas sobre la bestia: Se refiere a la “oscuridad” de un poder político-religioso actual; ha gobernado por más de 1260 años (Apocalipsis 12:6); ha perseguido y matado “mártires” (Apocalipsis 17:6); según Apocalipsis 13:3 y otros, se puede demostrar que 1798 recibió una “herida de muerte pero vivió”; los reyes de la tierra le seguirán (Apocalipsis 19:19). Este poder es rico, poderoso, de las mayorías, dícese actuar en el nombre de Dios y que teniendo tanta luz, ha actuado peor que los que no tienen Biblia.
Todo lo anterior, muestra que cada vez más se acerca la Segunda venida del Hijo de Dios y aunque el día y la hora nadie lo sabe (Mateo 24:39), debemos estar preparados. Pero, antes de recurrir a los científicos para que salven nuestro planeta y aunque representa una loable acción, pidamos la salvación al Dios del cielo y a Jesucristo el Justo para que acepte llevarnos a morar a la Patria Celestial, tal como le dijo el ladrón en la cruz: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42).
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