El Monumento al Sol Naciente es un símbolo arquitectónico de la ciudad, regalo del maestro Carlos Cruz-Diez como homenaje a los crepúsculos larenses y su luz que cada tarde arropa a sus ciudadanos.
Sin embargo, este patrimonio cultural muestra vestigios de anarquía y falta de atención gubernamental, que progresivamente deteriora la integridad física de una obra realizada por el artista venezolano uno de los más reconocidos en el mundo quien, seguramente, no estará orgulloso por las condiciones actuales de su creación.
Al cumplirse 90 años desde el nacimiento del maestro Cruz-Diez, el equipo reporteril de EL IMPULSO se acercó al reconocido monumento a fin de supervisar las condiciones de su estructura.
En primer lugar, al ingresar en el corazón del Monumento, se puede observar el deterioro de sus paneles transversales a causa de oxidación o grafitis que hurtan el color característico del patrimonio.
Asimismo, es un sitio donde la maleza amenaza con crecer y en la cual abundan desperdicios.
Sin embargo, se pudo constatar el mantenimiento de las áreas verdes ubicadas en la redoma por parte de la municipalidad. Trabajadores afirmaron que constantemente se realizan sesiones de riego y cuidado de las plantas, donde en un costado, aún permanece el símbolo de la Alcaldía de Iribarren, el cual fue objeto de múltiples críticas por artistas que exigieron respeto en defensa a la originalidad del patrimonio nacional.
Indiferencia ciudadana
De acuerdo a la opinión del urbanista Gerardo Puleo, los ciudadanos han perdido la sensibilidad por los espacios públicos, debido al desconocimiento de la magnitud e importancia de los valores artísticos de la ciudad.
“Es preocupante que el ciudadano actúe de esta manera en contra del patrimonio artístico, sin embargo, se debe interpretar en la necesidad social por la creación de espacios públicos”.
Además, consideró que entes gubernamentales deben realizar campañas de información y turismo para dar a conocer la importancia del monumento.
“Es necesario que el ciudadano se informe sobre la obra y la dilatada trayectoria del maestro Cruz-Diez.
En mi opinión se debería constituir un stand informativo y turístico donde el ciudadano pueda observar y disfrutar de esta obra”.
“La falta de atención promueve que el espacio quede estático durante el tiempo y el ciudadano común no se incorpore a su dinamismo” pero, cabría agregar, de manera respetuosa.