Es justo y necesario reaccionar

Luego de haber presenciado parte del bochornoso debate en la Asamblea Nacional donde se hablaba de la lucha contra la corrupción, ¡qué maravilla! Es nuestro gran deseo que en verdad así fuese; mas solo es la lucha contra toda la disidencia política y en especial dirigida hacia el más poderoso de los partidos políticos que el gobierno pretende aplastar por ser del valiente y maravilloso líder Henrique Capriles. Repito, luego de oir y ver tan vergonzoso acto, grosero, vulgar, asqueroso, inmoral y donde se insultaba con las mas escatológicas palabras a los líderes de la oposición, me dije: Es necesario reaccionar, tal como lo hizo la gran periodista Oriana Fallaci que, ya retirada y descansando en su apartamento en Nueva York, vió como se desplomaban las torres del World Trade Center. Así se desploman en nuestro querido país la decencia y los más elevados valores de nuestra sociedad. Y observé, compungido el rostro casi lloroso de esa gran dama María Corina Machado, que, asqueada, contemplaba aquel feo y grosero espectáculo. No solo ella, también vimos a todos los diputados de la alianza Democrática contemplar impotentes la avasallante cascada de insultos.
Y lo insólito, en la elección de esa Asamblea, la oposición obtuvo mayor número de votos, pero por un tramposo ardid no es mayoría. Y los diputados del Gobierno, con esa ilegítima mayoría simple, violan a su antojo la Constitución Nacional. Definitivamente corroboramos a diario que la decencia, el saber, el conocimiento, la gerencia están del lado opositor. Pero tenemos un país al revés. Con el caradurismo más descarado hablan de luchar contra la corrupción. Y como pequeño ejemplo recordemos: Pdvsa destruida, Plan Bolívar 2000, Pudreval, las industrias básicas de Guayana quebradas, los millones de dólares robados del fondo de pensiones de los trabajadores petroleros, el maletín y las maletas de dólares, la cloaca de Mario Silva, las macabras revelaciones de Aponte Aponte y el robo más grande de la historia de la humanidad en todos los tiempos: los 23.000 millones de dólares otorgados el año pasado para importaciones que no llegaron al país y se quedaron en las cuentas de los enchufados y protegidos del gobierno. Y ¿qué pasa?
¿Por qué no se investigan esos escandalosos robos? Y los que a diario se cometen en la administración pública del país? Pero se castiga al honesto y se protege al corrupto. Han hecho uso abusivo del poder… un país al revés.
Continuamos contemplando inertes la avalancha destructora de este régimen y me atrevo a pronosticar que si no triunfa el reclamo de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela, perderemos el país, pues los hemos dejado solos y deberían tener el respaldo de todos los gremios, sindicatos, estudiantes, trabajadores, políticos, empresarios y obreros de toda Venezuela.
Tenemos un país al revés, porque los asesinos de puente Llaguno están libres y son héroes de la revolución, pero los comisarios jefes, que toda su vida defendieron al pueblo caraqueño y ese día no dispararon, fueron condenados a treinta años de prisión y aún muriendo enfermos no se les otorga la medida humanitaria de casa por cárcel. Un país al revés, porque los asesinos del joven Martínez si están libres.
Un país al revés, porque a los jóvenes estudiantes golpeados y torturados por la protesta pacífica acá en Barquisimeto el 15 de abril, hoy casi un centenar de ellos son pasados a un tribunal penal y los uniformados que los agredieron fueron felicitados y ascendidos, qué tal?
Despierto nuevamente, porque asumí la frase de la periodista Oriana Fallaci: “En momentos difíciles no se puede permanecer indiferente, es necesario reaccionar”, y llamo al pueblo a la reflexión, no se puede permanecer indiferente ante tan bochornosa y trágica realidad. Sé que muchísimos ciudadanos también comparten esta preocupación. Pensemos en nuestros hijos y nietos, pues no es este el país que queremos para ellos. Yo en los años que Dios Todopoderoso me conceda vivir, solo deseo ver un país recuperado de este oscuro comunismo militarista, totalitario y fascista.
¡Que Dios nos proteja y proteja a nuestras familias!