Soldados egipcios entraron el sábado por la mañana en la mezquita de El Cairo en la que se habían refugiado seguidores del depuesto presidente, el islamista Mohamed Mursi, que convocaron nuevas manifestaciones tras un viernes sangriento que dejó más de 80 muertos.
El canal privado egipcio ONTV Live mostró a los soldados entrando en la mezquita Al Fath, en el centro de El Cairo, tras una noche de tenso asedio, y la filial egipcia de Al Jazeera emitió imágenes en su página web de los soldados ya dentro de la mezquita. Parecían estar negociando con los manifestantes para que abandonen el lugar.
Una manifestante en el interior de la mezquita declaró a la AFP por teléfono que los partidarios de Mursi pedían no ser detenidos ni atacados por civiles hostiles que se habían concentrado frente a la mezquita.
Las fuerzas de seguridad habían iniciado el viernes por la noche el asedio a la mezquita, en la que se habían refugiado cerca de unas mil personas, según el testimonio de otro manifestante contactado por la AFP. Esta cifra no pudo ser confirmada por una fuente independiente.
Se oyeron disparos al inicio del asedio pero luego cesaron, según manifestantes contactados por la AFP.
La intervención ocurre al día siguiente de una nueva jornada de violencia en el país que se saldó con al menos 83 muertos y la detención de más de 1.000 supuestos seguidores de los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Mursi.
La represión ha dividido a los egipcios como nunca antes en su historia reciente y ha fragmentado al gobierno instalado por el ejército, al que le llueven las críticas de buena parte del mundo.
Poco antes del asedio, la mezquita se había convertido en una morgue improvisada con más de 20 cuerpos.
El Partido de la Libertad y de la Justicia (PLJ) de Mursi exhortó a evitar otra «masacre» después de la muerte de al menos 578 personas el miércoles en el desalojo de los campamentos instalados por los seguidores del presidente depuesto por el ejército el 3 de julio.
Los enfrentamientos prosiguieron en lo que los islamistas denominaron el «viernes de la cólera». Según el PLJ hubo el viernes más muertos que los 83 anunciados, y aseguró que hubo 130 víctimas mortales solo en El Cairo.
Las manifestaciones concluyeron poco después del toque de queda pero el portavoz de la Alianza contra el Golpe, Gehad El Hadad, dijo a la AFP que los seguidores de Mursi van a seguir «manifestándose a diario».
El ministerio del Interior dijo en la madrugada del sábado que las fuerzas del orden han detenido a 1.004 seguidores de los Hermanos Musulmanes, de ellos 558 solo en El Cairo.