La ciudad como tema – Homenaje a Carlos Raúl Villanueva

Conocí a Carlos Raúl Villanueva cuando me tocó como profesor en el primer curso de historia de la arquitectura, recién comenzando la carrera. De él apenas sabía que había sido el diseñador de la Ciudad Universitaria y del edificio de la Facultad de Arquitectura, pero no entendía entonces la importancia de esos hechos, sobre todo porque aun no conocía su historia profesional ni lo complejo que es el oficio del arquitecto, una situación, lamentablemente, compartida con los compañeros de clases que  jóvenes, arrogantes e ignorantes como éramos, nos burlábamos del anciano sin saber que muchos de nosotros nunca llegaría a superar al maestro a quien habían puesto a dar clases de historia para no frustrarle el deseo de seguir, a pesar de su edad, participando en la vida de la escuela que el mismo había ayudado a fundar.
Obviamente, con el paso de los años fui apreciando a este hombre, fundador de nuestra modernidad arquitectónica, como un profesional que educado en el estilo de la vieja escuela neoclásica, aprendida durante sus estudios en la Escuela Superior de Arquitectura de la Academia de Bellas Artes de Paris, fue capaz de reinventar dos veces su hacer arquitectónico, primero en el estilo neo-colonial en los años de su juventud y, más tarde, asumiendo plenamente, y tambien con todo éxito, el lenguaje de la arquitectura contemporánea, tal como se ve en las obras de la Ciudad Universitaria y en otros ámbitos. Y esto lo hizo sin abandonar,  aquellos elementos importantes propios de la arquitectura tradicional: el control del el sol, el viento, la lluvia, y el calor mediante la forma arquitectónica, ya expresada lenguaje moderno como quiebra soles, grandes aleros, bloques calados, abundante espacio entre edificios y amplias áreas ajardinadas y que pueden verse por todas partes en la UCV, todas realizadas con un sentido de la contemporaneidad aun no ha sido superado. Y puedo asegurarles que no han faltado excelentes arquitectos después de él. Además, sin olvidar que la arquitectura es, en esencia, espacio y CRV tenía un extraordinario sentido del espacio.
La Escuela de arquitectura de la UCV lleva su nombre, el mismo de la Unidad Docente Extramuros que tenemos en Barquisimeto. Este es un homenaje importante para un arquitecto que los merece todos por cumplir con creces lo que califica a los grandes hombres: hacer mucho para dejar al mundo mejor de cómo lo encontraron. Y creemos que podemos agregar uno más. Así, a proposición del Arq. Freddy Campos Ruiz, en una reciente reunión de la Sociedad de Arquitectos del Estado Lara, decidimos gestionar ante la Alcaldía de Iribarren que se bautizara como “Avenida Carlos Raúl Villanueva”  al tramo de la avenida Los Abogados que pasa frente a nuestra escuela. Este homenaje lo anunciamos porque hoy 16 de agosto se cumplen 38 años de su desaparición física.
Este homenaje es tambien una manera de que nuestra sede local empiece  a dejar de ser invisible, escondida detrás de los muros del antiguo psiquiátrico, vale decir, que el público sepa que en Barquisimeto hay una escuela de arquitectura cuyas inquietudes y conocimientos pueden ser aprovechados por la ciudad, en la convicción de seguir el predicamento de Carlos Raúl, cuando señalaba que “La arquitectura es un arte social”, lo que, sencillamente, debe entenderse como orientada de manera principalísima a los problemas colectivos, algo que además, el practicó con creces.
Por supuesto, la invisibilidad tiene una explicación. La más importante es que nuestra escuela es pequeña, no hace bulto. Pero, aun así, 200 estudiantes y 40 profesores siguen siendo un recurso formidable que está disponible para realizar estudios, propuestas, análisis críticos, contrapropuestas, anteproyectos y proyectos, etc. que pueden ser utilísimos tanto para la ciudad como para la universidad.
Aunque en Barquisimeto no disponemos de ninguna obra específica firmada por Carlos Raúl Villanueva, su mano está presente en las urbanizaciones de Bararida, La Concordia, la Gil Fortoul y la Sucre, urbanismos y viviendas construidas en distintos momentos por el Banco Obrero pues el maestro fue el fundador y director del TABO, el Taller de Arquitectura del Banco Obrero.

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