La política nazista del régimen militarista reconocido entre los más corruptos del mundo y primero de América Latina, se impone en esta etapa electoral con el principio de la transposición. Esto es verter sobre el adversario sus propios vicios, el lodo que le impregna; responder ataques con ataques: «Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan».
En nuestros términos coloquiales, para despistar aplican el truco del bandido que esquiva su fechoría: ¡ahí va el ladrón, atrapen al ladrón!
La orquestación montada en el parlamento, donde sería una laureada conseguir en filas oficialistas un libre de culpas, dirigió el show un militar con 17 expedientes de corrupción en Contraloría, que dirige su superior expulsado de la Fuerza Armada por desfalco, según testimonio de altos oficiales que lo procesaron.
Nada que debatir sobre PDVSA, la principal fuente de corrupción jefaturada por el ministro que figura entre las 500 personas más poderosas del mundo, que resalta con la fetidez de pudreval y los $540 millones sustraídos por Francisco Illaramendi al fondo de pensiones, enjuiciado en EE.UU, y que la justicia venezolana por solicitud de la inescrupulosa Fiscalía e dictó sobreseimiento.
Menos que hablar de los maletines repletos de dólares llevados a la Argentina y a Bolivia; del privilegiado capo Walid Makled, en cuya nómina figuran altos militares y gobierneros; de los $ 84 millones desfalcados al Fondo Chino; del cheque de $ 70 millones expedido al ex ministro iraní de Finanzas, detenido en Alemania…Y pare de contar.
Por eso las encuestas indican que la corrupción se apoderó de la institucionalidad; que 57% de los consultados observe que las medidas implementadas contra la corrupción son ineficientes.
De allí la angustia por las elecciones del 8 de diciembre que terminarán con la farsa del corrupto régimen militarista, por voluntad popular manifestada en votos.
En ellas se producirá escogencia entre 35 mil 130 hasta ahora postulados (5 mil 860 para alcaldes; 4 mil 791, Concejal lista y 23 mil 890 nominales) de 335 burgomaestres y mil 366 ediles.
Dadas están las condiciones para la necesaria victoria democrática, que marcará el comienzo de la depuración de los poderes públicos y se declarará la vigencia plena de nuestra Carta Magna.
Innegable resulta la modificación propuesta por un grupo de reconocidos dirigentes a la Mesa de la Unidad Democrática y sobre la cual abrió un debate el Proyecto Bicentenario, respaldado por la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (Averu). Entre otros planteamientos exponen precisar período presidencial que en uso del fraude hizo vitalicio el régimen, burlando el rechazo a la reforma manifestada en referendo. Y también la recuperación del parlamento bicameral.
Aunque para algunos la idea es deleznable, el líder de la unidad manifestó considerarla después del previsto triunfo electoral. Por eso el llamado a votar para recuperar la Democracia.
NOTA AL MARGEN: Corruptos que mantienen bajo permanente tortura al comisario Iván Sominovis, condenado a muerte lenta, tienen nombre y apellido.
Con voz propia – Votar para rescatar Democracia
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