@ssemtei
Estamos en la salida de la carrera electoral número 15. Los rojos rojitos están representados por un ejemplar un tanto enfermo, gastado, cansado y macilento.
El otro ejemplar es bastante brioso, activo, despierto. Competidor revestido de varios colores. Representa un conglomerado de personas, intereses y propósitos. El caballo rojo ha sido el mismo antagonista de hace ya muchos años. Tiene varios trofeos en su vitrina, pero debo decir: Se están oxidando, pudriéndose por desuso. Un caballo entrenado por Fidel Castro. Consumidor de vez en cuando de esteroides presupuestarios. Le inyecta maldad a sus ejemplares.
Veamos las características de cada uno. El caballo azul, de cielo y mar, no recibe ayuda “química” ni del Tribunal Supremo de Justicia. Ni de la Fiscalía General de la República. Ni de la Asamblea Nacional. Ni de la Defensoría del Pueblo. Ni de Pdvsa. Ni de la Contraloría General de la República con sus inhabilitaciones.
El caballo rojo tiene una pata coja. Con la “gusanera” de una economía que se desploma a una velocidad de caída libre. Recordemos: Leyes fundamentales de la Caída Libre: a) Todo cuerpo que cae libremente tiene una trayectoria vertical (ese lote de candidatos chimbos y faranduleros que Maduro impuso con la creencia que la luna es pan de horno se estrellarán como patillas frente a la realidad) b) La caída de los cuerpos es un movimiento uniformemente acelerado (la votación oficialista viene perdiendo fuerza). Cada hora, cada día, cada mes y cada año van disminuyendo sus números en forma creciente.
En las últimas elecciones, que más del 50% de los venezolanos piensan que las ganó Capriles, perdieron casi un millón de seguidores, entonces, de acuerdo a las leyes de la física cuántica/electoráltica ahora deben perder cerca de millón y medio de votos. c) Todos los cuerpos caen con la misma aceleración (vale decir, se volverán “guater” el general del municipio Iribarren al igual que el ministrico Villegas al igual que el pelotero Ordoñez al igual que el patiquín Vallenilla al igual que el calvete de Pérez Pirela).
Recuerden todos mis amigos, lectores de EL IMPULSO, los valores de la gravedad son de 9.81 metros sobre segundo al cuadrado. Es decir, que el llamado chavismo, en proceso de extinción, pierde 9.81 votantes por cada metro que caminen sus candidatos sobre segundo al cuadrado, es decir que Bohórquez, al general que ya no tiene 200 soldados para perseguir, acorralar, asustar, golpear y ofender estudiantes, le pasará como el patito del cuento: “una caminadita, una…” Si el “desuniformado” camina por ejemplo, 100 metros en Juan de Villegas, estará perdiendo 981 votantes. Y así sucesivamente.
Pero regresemos al centro de nuestro discurso; el caballo rojo tiene la otra pata delantera quebrada de un tiro, una bala perdida, que salió del ánima de un fusil justamente robado de uno de los cuarteles del Estado Aragua. Y así como ese caballo anda herido y desangrándose, así anda la Patria entera en materia de inseguridad. Estamos hablando de 15.000 asesinatos anuales y de más de 40.000 heridos por armas de fuego. Una suma simple nos arroja que más de 55.000 familias venezolanas sufren anualmente las inclemencias de un gobierno ineficaz y torpe.
Además son cada vez más los sonados casos de soldados “gatillos alegres” que practican “tiro al blanco” con indefensos parroquianos quienes inadvertidamente no oyen el llamado a detenerse y de inmediato son acribillados inclementemente por soldados que sin entrenamiento policial alguno obedecen ciegamente al contenido de su carta magna en instrucción militar: Pinte de verde todo lo que no se mueve y dispárele a todo lo que se mueva.
El caballo rojito luce igualmente pálido, flaco, desgarbado, demacrado y enjuto. Y claro que es así, dado que no hay en los almacenes alimentos para caballos, mucho menos para los venezolanos. En cuanto a escasez y desabastecimiento no se salva nadie. Me pregunto en mis más agudos momentos de angustia: ¿Cómo piensan ganar esta carrera electoral con ese “mocho de caballo”? ¿Cuál realidad estarán viendo? Recuerdo un dicho apureño: “Si con ese sueño te despertaste, vuélvete a quedar dormido”.
Además se presentan más divididos y enredados que un kilo de estopa. Es un barco haciendo agua por todos lados. Impera el “sálvese quien pueda”. Tantos años, tantos recursos, tanto poder para morir ahogados en la orilla de la realidad. La misma suerte del necio que se gana un Kino. Tarde o temprano volverá a ser un don nadie, el mismo necio. Alguien que despilfarró no su fortuna sino la fortuna de todos nosotros en la satisfacción de sus desviaciones ideológicas, siempre buena excusa para la corrupción, el autoritarismo y las tendencias “comunistoides” al mejor estilo soviético. Traspasada la meta de los 1.800 metros electorales de diciembre nos preparamos para el Clásico del Revocatorio a Diputados. Estamos apostando a 35 curules. Amárrense las alpargatas que lo que viene es el “Gran Combo”.