Cerca de las 4:30 de la madrugada de ayer, Jorge Luis Parra Lobo (24) y Wilmer Estiven Aponte Arroyo (20) perdieron la vida a manos de un grupo de antisociales al rehusarse a entregarles sus motos, mientras transitaban por el sector Bella Lucha, en La Lucha, al oeste de Barquisimeto, tras regresar de una fiesta de 15 años a la que habían asistido en El Roble.
Aproximadamente a las 10:00 de la mañana, arribó la furgoneta del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas con los cuerpos de las desafortunadas víctimas, a la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda.
El más joven de los dos hombres llevaba consigo un casco de motociclista, botas negras, camisa a cuadros y jeans; mientras que el otro occiso llevaba una camisa azul y jeans. Ambos mostraban múltiples impactos de bala en la cabeza.
Los padres y la esposa de Jorge Luis, junto a varios vecinos, se presentaron en la sede del Cicpc en Barquisimeto para rendir las declaraciones correspondientes. Jorge Parra, padre del joven, informó que el hecho violento había tenido lugar en la carrera 4 entre calles 2 y 3, justo frente a la cancha deportiva en Bella Lucha.
“Mi hijo y el otro muchacho eran amigos de toda la vida, vivían a una cuadra el uno del otro en Pílade Montezuma I. Todos lo llamaban ‘el chino’”, señaló.
Sus vecinos comentaron que Jorge llevaba seis meses con su moto Jaguar Unico 150 modelo 97, con la cual laboraba como mototaxista para la línea Los Cerrajones, y que en diciembre del año pasado unos antisociales le habían dado una golpiza en el centro de Barquisimeto, donde le robaron su anterior moto, de color blanco.
“Anteriormente había trabajado en la línea Los Pocitos y también había sido promotor fotográfico. Dos meses atrás incluso fue a Mérida para cobrar una cuenta que le debían. Supimos por las personas que oyeron lo que pasó, que los muchachos les preguntaban a los delincuentes ‘¿Por qué nos roban si nosotros somos de aquí?’, pero igual los mataron”, expresaron.
Por su parte, la madre de Jorge, Marcela Lobo, dijo que él se había mudado con ella desde hacía un año, donde también vivía junto a su hermano menor y a su hijo de sólo cinco años. “Se había separado de su mujer, y por eso estaba quedándose conmigo”, dijo, notablemente afectada por la pérdida y mostrando fotos de su hijo y su nieto. “Era el mayor de mis tres hijos varones”, añadió la señora que también es madre de una muchacha.
Asimismo, estaba presente en el Cicpc Carmen de Aponte, madre de la otra víctima, quien declaró que su hijo había vendido una moto hacía algún tiempo, para luego comprar la Vera Socialista 2013, con la que sólo llevaba como 15 días y por la cual le quitaron la vida. “Él era albañil, pero actualmente no tenía trabajo. Con ellos iban otro joven y una muchacha de parrilleros, pero desaparecieron del lugar del homicio”, acotó. Igualmente se conoció que Wilmer Estiven era hijo de un funcionario de la Policía del estado Lara.
