Apenas seis meses duró la pausa de Eduardo Saragó. Después de separarse del timón del Deportivo Lara por asuntos familiares (en diciembre del año pasado), el destacado entrenador recibió el llamado del Caracas FC para hacerse cargo de un equipo que entra en una etapa de renovación, aunque sin renunciar a las aspiraciones de estar en los puestos de arriba.
Es, sin duda, el reto más importante en la carrera de Saragó, un DT que viene de trabajar con un equipo de plantilla repleta de jerarquía, pero que ahora dependerá de jugadores jóvenes, aunque con algunas piezas de recorrido como Ricardo Andreutti, Bladimir Morales, Rafael Lobo y el uruguayo Javier Guarino.
Qué tan lejos podrá llegar el equipo capitalino. Es la gran interrogante. El equipo viene de varios años sin llegar a la estrella, algo que tiene molestos a los aficionados avileños, pero no parece haber presión sobre Saragó, a quien no se le establece como obligación cargar con el título. Pero está claro que no entrar, al menos, en los puestos de coas internacionales será un fracaso.
“No voy a prometer títulos”, señaló el caraqueño días atrás en el acto de presentación del equipo.
Lo que sí está claro es que el matrimonio Saragó-Caracas, anhelado por ambas partes desde hace mucho tiempo, tiene feliz a toda la afición del equipo, que ve en el orientador el hombre indicado para salir del atolladero.