Es muy común escuchar de cualquier persona la opinión de que vivir en Barquisimeto, se hace cada vez más difícil a causa, entre otras cosas, de los altos costos que poseen los bienes y servicios comercializados en ese mercado.
A diferencia de la creencia popular que en la capital del país, la vida siempre es más costosa, de acuerdo a los datos suministrados por el Banco Central de Venezuela (BCV), ello no siempre es así. Haciendo un esbozo general de algunos rubros o clasificaciones consideradas dentro del Índice Nacional de Precios al Consumidor, notamos cómo la capital no suele ser aquella ciudad con un mayor indicador de precios.
En este sentido, se elaboró una clasificación de las cinco primeras ciudades en relación al INPC, es decir; aquellas que podrían considerarse como las cinco ciudades más costosas según el nivel de precios de los bienes y servicios. Recordemos que el INPC es un indicador que mide las variaciones de los precios ocurridas dentro de un período de tiempo determinado, en un grupo de bienes y servicios representativos del consumo de la población (llámese canasta básica), y calculado con base a la totalidad del país.
Específicamente, mide las variaciones de 281 bienes; incluidos agrícolas, agroindustriales, pesqueros y otros manufacturados que pueden o no ser alimentos, y 81 servicios de restaurantes y no restaurantes.
En declive
El director de Econométrica, Henkel García, destacó que Barquisimeto es una ciudad cuyas características inflacionarias se mantienen iguales al promedio del país, por ello muchos de los productos de mercadeo se lanzan por primera vez en la capital larense, a fin de conocer la receptividad del público y posteriormente abarcar el ámbito nacional.
“Es curioso que en las últimas lecturas de inflación, Barquisimeto haya sido una las ciudades más altas, normalmente mantiene un comportamiento muy parecido al promedio. Las razones pueden ser varias, pero podría destacar la situación de desabastecimiento y problemas de distribución que existe, lo cual conlleva a que exista una gran cantidad de productos importados que influya en los precios del mercado barquisimetano”.
Indicó que una vez que se normalice la situación de distribución de alimentos, la tendencia de aumento de precios pueda disminuir. Aunque aseguró es muy temprano para dictaminar un mal estructural de la ciudad, García destacó que el problema de desabastecimiento no tiene una solución a corto plazo.
“Es un problema de oferta y demanda, los productos no son suficientes para cubrir las necesidades de la población. La oferta es limitada en todo el país, pero en Barquisimeto la situación es aún más compleja. La ciudad caracterizada por una economía promedio y estable, hoy tiene problemas particulares que en el pasado no se habían encontrado. Es una coyuntura que otras ciudades de Venezuela no tienen y se espera se normalice, lamentablemente no será a corto plazo, pasará al menos un año para que la inflación y la escasez disminuyan”.
“Las perpectivas no son muy alentadoras, veremos la situación aún más complicada de lo que hoy tenemos a medida que vaya avanzando el año y ese comportamiento particular que tiene hoy Barquisimeto se extienda por un tiempo más”.
Por otra parte, destacó que uno de los grandes déficit como lo es la escasez de alimentos no aparece registrado en las estadísticas. Sólo es tomado en cuenta el Distrito Capital para esta medición y las demás ciudades no son tomadas en cuenta.
Controles arbitrarios
El primer cuatrimestre de 2013 ha registrado los índices más altos de escasez en el país desde el año 2009. Para julio de este año el Banco Central de Venezuela informó que el indicador de escasez ascendió una décima para ubicarse en 19,4%, a la vez que el índice de diversidad disminuyó a 111,1. Mientras que la inflación se ubica en 29%.
Esta situación se ha visto reflejada en varios rubros, pero, sobre todo, en el de alimentos. El 21,3% de escasez se ha traducido en largas colas que hacen los barquisimetanos en los automercados para poder obtener, de forma racionada, algunos productos que han desaparecido de los anaqueles, como es el caso del azúcar, la harina de maíz, de trigo y hasta el papel sanitario.
Al respecto el economista Aníbal Peña Javit, expresó que el Gobierno ha hecho especial énfasis en buscar culpables cuando los responsables son quienes han puesto esas políticas de control, refiriéndose al control cambiario que ha afectado la importación y a la Ley de Precios Justos que ha limitado la producción.
Barquisimeto en el rubro de alimentos del campo, es privilegiado. A pesar de la mengua en la producción, Lara se mantiene como uno de los principales estados con mayor producción agrícola, por ende el precio de las hortalizas es más bajo que en otras regiones del país.
“Aún se pueden encontrar en el mercado las hortalizas y legumbres a precios estables, lo que no sucede en otros estados cuando los mismos productos se consiguen tres veces con mayor precio. Lara produce y abastece en gran parte del país, pero la caída de la agricultura es grave, aun cuando se intente importar productos, eso influye en el bolsillo de los compradores”.
Además, coincide con la teoría del desabastecimiento, que ha afectado la estabilidad económica de Barquisimeto y municipios cercanos. “Se abastece primero a los estados donde pueda haber una explosión social, mientras que los demás quedan sin productos. La economía no trabaja de esa manera, el aparato productivo del país está destruido. Se tienen más productos importados y no hay dólares, los insumos disminuyen”.
Destacó que en una economía abierta se mantiene la libre competencia, por lo cual la situación venezolana es “anormal”. “Se maneja la economía a criterio del Gobierno, con un sistema que está demostrado mundialmente que no funciona. No se pueden realizar trabajos de estudios basados en las leyes económicas cuando no hay estabilidad y confianza para la inversión”.
28,8% en alimentación
Para junio del 2013, según un estudio de Ecométrica, en total ocho ciudades experimentaron alzas intermensuales en los alimentos superiores del promedio nacional.
Barquisimeto ocupó el primer puesto con 6,26%, muy cerca está Maracaibo con 6,22%, Maturín con 6,10%, Barcelona-Puerto La Cruz con 6%, San Cristóbal con 5,91%, Mérida con 5,46%, Valencia con 5,46% y Caracas con 4,84%.
El director de Econométrica Henkel García apuntó que en los últimos 12 meses las variaciones de los precios consideradas “más altas” se concentraron en Valencia y ciudad Guayana, que ocupan el primer lugar con 43,3% de inflación. Le siguen Maracay con el 42,3%; Maracaibo con el 41,1%; Maturín con el 41,2%; San Cristóbal con el 41%, mientras que Caracas está por debajo de la media con un 37,3%.
Según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la estructura de ponderaciones (peso específico de los bienes y servicios que consumen los barquisimetanos), revela que los gastos de alimentación tienen una primera preponderancia con el 28,8% de importancia en este indicador.
Le siguen 13,1% destinado a restaurantes y hoteles; 10,5% a transporte; 7,8% para vestido y calzado; 6,8% para alquiler de vivienda e igual porcentaje para bienes y servicios diversos; 5,2% para equipamiento del hogar, mientras que el resto lo invierten en comunicaciones, esparcimiento y cultura, salud, servicios de educación y servicios de vivienda, entre otros. Estos hábitos son únicos y diferentes a los encontrados en otras capitales del país.
En datos
• La inflación durante el mes de junio se ubicó en 4,7%, lo que representa 1,4 puntos porcentuales menos del registro que se tuvo en mayo, el cual fue 6,1%.
• El indicador de escasez descendió algo más de 1 punto porcentual en junio, al ubicarse en 19,3%, lo cual constituye la segunda baja consecutiva en este renglón.
• Cabe destacar que los resultados del índice nacional de precios al consumidor (INPC), durante el primer semestre de 2013, se dieron en medio de un contexto afectado por el ajuste del tipo de cambio oficial, la adecuación de los precios de algunos rubros sujetos a control (principalmente alimentos) y las tarifas del transporte terrestre de pasajeros.
•El INPC acumuló un incremento relativo de 25,0% durante el primer semestre del año, por encima del 7,5% obtenido para el mismo período del año anterior. Por su parte, la variación anualizada correspondiente a junio de 2013 se situó en 39,6%, superior a la observada en junio de 2012 (21,3%).
• En lo que respecta a la distribución geográfica, la mencionada desaceleración del índice global se manifestó en cada dominio de estudio, con la excepción de la ciudad de Barquisimeto que mostró una aceleración de 4,6% a 5,5%; no obstante, este es el dominio geográfico de menor incremento acumulado en el primer semestre, con 22,0%, en contraste con 28,4% de Valencia, el dominio que acumuló mayor inflación en la primera mitad del año.
• En julio diez de los 13 grupos del INPC reportaron una variación intermensual que no supera a la del mes previo: Comunicaciones, de 0,7% a 0,4%; Servicios de la vivienda, de 2,4% a 0,5%; Alquiler de vivienda, de 2,0% a 1,8%; Salud, de 2,5% a 1,8%; Bienes y servicios diversos, de 2,6% a 2,0%; Alimentos y bebidas no alcohólicas, de 5,8% a 2,4%; Equipamiento del hogar, de 3,2% a 3,0%; Restaurantes y hoteles, de 5,0% a 3,3%; Bebidas alcohólicas y tabaco, de 4,4% a 4,3%, y Transporte, de 6,4% a 6,4%. Las 3 categorías restantes, por el contrario, reflejaron aceleraciones: Vestido y calzado, de 4,6% a 4,9%; Servicios de educación, de 0,5% a 2,9%, y Esparcimiento y cultura, de 3,2% a 4,6%.
