Al menos 20 personas fueron detenidas y cinco motocicletas retenidas por la Policía Nacional Bolivariana en Pavia, el pasado martes, después del asesinato del oficial Yoelvis Javier Morillo Mendoza, de 25 años.
Las aprehensiones fueron por averiguaciones por parte del organismo policial, sin embargo, familiares de los afectados y protagonistas de los hechos protestaron desde las 7:00 de la mañana de ayer en la entrada a Pavia, para exigir les devuelvan sus motos y dejen en libertad a los detenidos, pues a su juicio no guardan relación con el homicidio.
“Somos mototaxistas y ese día nos llevaron a la fuerza. A muchos nos agredieron física, verbal y sicológicamente. Hubo uno que quedó vomitando sangre y permanece recluido en el Hospital Pastor Oropeza; a otro compañero le partieron el dedo”, afirmó Enyer Barreto, integrante de la línea Enrique Alvarado.
Agregó que a sus colegas “les sembraron droga para poder llevárselos si no cancelaban dos mil bolívares, desde ese día no nos han dejado trabajar”. Son poco más de 100 mototaxistas de las líneas Santa Teresa, Enrique Alvarado, Yavalito, La Orquídea, El Mamón y La Lagunita, quienes se ven afectados por la situación.
Por su parte Pedro López, otra de las víctimas de los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, mostró algunas partes de su cuerpo donde le quedaron las marcas de los golpes que recibió. “Me pegaron con tubos, palos, con las manos. Ese día andaban muy mal, buscando un culpable. Me amenazaron de muerte si decía lo sucedido”, aseveró.
Lo sacaron de la casa
Marisela Suárez, madre de Wilderson José Suárez Suárez, de 21 años, manifestó que a su hijo se lo llevaron de su casa el martes, después del mediodía. “Estaba almorzando y lo sacaron casi desnudo, voy a la Fiscalía del Ministerio Público porque le sembraron droga y lo están culpando de un homicidio que no cometió. Lo único que hace mi hijo es trabajar con la venta de helados”.
Dijo que fueron hasta la sede de la PNB a reclamar los derechos de los detenidos y fueron recibidos con bombas lacrimógenas, “les quitaron hasta los celulares y se llevaron algunos electrodomésticos de las casas. ¡Eso es un robo!”.
Entre tanto, la abuela de Wilfredo Alejandro Yépez, de 18 años, Cándida Rodríguez, comentó que su pariente se encontraba en la cauchera frente a El Gran Chivo, “se lo llevaron y él estaba arreglando una moto con sus amigos. A Dios gracias lo dieron en la noche, pero está muy golpeado”.