Las trochas de asfalto

Cada día son más sorprendentes las declaraciones que emiten el Presidente y sus voceros, cuando al ocurrir alguna tragedia vial o sobrenatural es que se piensa en “tomar medidas para garantizar la seguridad a los ciudadanos de nuestro país”.
Para que reconocieran que las vías terrestres a nivel nacional están hechas un desastre, tuvieron que ocurrir tragedias como las de Calabozo, en el Táchira, en la autopista Centroccidental con alto saldo de fallecidos y así se percataran que más del 90% del sistema vial se encuentra en mal estado. Desde que asumió Chávez al poder y siguiendo la continuidad del desastre por este gobierno, es ahora cuando se dan cuenta de que las vías están inservibles: huecos a granel, puentes destruidos, asfalto en mal estado, falta de señalización, inseguridad en las carreteras, son algunas de las referencias que podemos tener en relación a la vialidad del país.
Han transcurrido más de 15 años de múltiples desastres causados por el Gobierno socialista y por supuesto nuestras carreteras representan el reflejo de lo que ha sido este período gubernamental: calamidades, corrupción, desastre, ineficiencia, irresponsabilidad y caradurismo.
Han creado ministerios, nuevos organismos, instituciones y que para resolver o solventar el desastre vial del país, pero todos los que han dejado es una estela de corrupción, ineficacia, improvisaciones y malas políticas en infraestructura vial. El mejor ejemplo lo vivimos los barquisimetanos cuando se reducen vías principales y fundamentales de la ciudad para dar paso al trolebús, sin realizar un previo estudio o proyecto del sistema de transporte masivo que garantice solución, bienestar y seguridad a nuestra ciudad.
Las tragedias viales están a la par del desabastecimiento, de la escasez y la corrupción que corroen las bases de este gobierno que “no ve luz al final del túnel”. La incompetencia ha sido uno de los elementos característicos que han llevado a este país a la destrucción, a la desesperanza y al olvido creado y fomentado por el gobierno de turno.
Cuando ocurra una nueva tragedia vial, veremos a los voceros del gobierno y a su Presidente, “dándose golpes de pecho” y prometiendo nuevamente el mantenimiento de las carreteras y de grandes inversiones para garantizar la vida de los venezolanos, ante el alto índice de desastres viales que ocurren a diario.