Los habitantes de la calle 21 con carrera 16, en el centro de Barquisimeto, conviven diariamente con la incertidumbre. La parte posterior de sus viviendas colinda con una abrupta ladera, que desemboca en el zanjón de la Concha Acústica.
Cada vez que llueve ocurren deslizamientos de tierra, que ponen en riesgo tanto las construcciones como las vidas de quienes las habitan.
La tormenta eléctrica del pasado sabado renovó los temores de los vecinos. Los ventarrones arrancaron de raíz una ceiba enclavada en el inestable terreno, dejándola parcialmente expuesta y a punto de caer hacia las caminerías que conducen a la Concha. Si la planta llega a desprenderse completamente, removerá también el terreno, afectando las bases de una de las casas.
Para subir desde el parque hasta sus casas, los niños trepan la escarpada ladera, que no cuenta con escaleras ni ningún otro tipo de obra civil para facilitar el ascenso hasta la calle, lo cual representa un peligro adicional.
Ana Guédez, vecina de la comunidad, resultó lesionada en una rodilla durante la tormenta eléctrica. Contó que uno de los árboles derribados por los fuertes vientos iba a caer sobre su hijo de tres años, pero logró impedirlo interponiendo su pierna entre la trayectoria del árbol y la humanidad del menor. “Si no atravieso la pierna se me muere el muchacho”, exclamó, al revivir la tensión del momento.
Carmarys Rodríguez, residente del sector y propietaria de una de las casas más afectadas, relató que la situación cada día se torna más delicada. Espera que las autoridades tomen las medidas pertinentes, indistintamente del nivel de administración o la tendencia que representen. “Aquí no estamos con política. Lo que necesitamos es soluciones, y las recibiremos con gusto del primero que llegue”, enfatizó.
En cuanto a la seguridad, señaló que los funcionarios de la Policía Municipal destacados en el módulo de la Concha Acústica, son insuficientes para las labores de patrullaje en el sector.
Informó también que han hecho numerosos llamados a la Alcaldía de Iribarren, pero los mismos han sido infructuosos. En vista de ello, se plantearon tomar hoy acciones de calle. “Vamos a trancar la carrera 18, la 19 y la avenida Vargas. Ya está bueno”.
Proyecto de muro ecológico
Por su parte Freddy Méndez, también vecino del sector, señaló que existe un proyecto para la construcción de un muro ecológico de gaviones, que representaría una solución definitiva al problema de los deslizamientos. El mismo fue levantado por el Consejo Comunal Casco Histórico, y consignado ante la Alcaldía de Iribarren y la Corporación de desarrollo Jacinto Lara.
“Cuando se hizo la primera intervención del parque, la alcaldesa Amalia Sáez se comprometió a podar los árboles. Sin embargo, el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente debe emitir un permiso”, explicó, subrayando la necesidad de resolver la situación con la mayor celeridad posible porque “por experiencia sabemos que cuando un árbol se cae, se lleva todo”.
Méndez relató que coincidió con Amalia Sáez en un acto público que se realizó el pasado fin de semana en la plaza Lara, y le recordó la situación de riesgo que vive su comunidad. “Cuando le comenté sobre nuestro caso, la alcaldesa me respondió que en este momento había sectores con problemas más graves, que la Concha Acústica no es prioridad”.
“Nosotros no andamos con proselitismo político, sólo buscamos que las autoridades cumplan con su deber de atender nuestra problemática”, finalizó.