“La inflación y la nueva Ley del Trabajo están causando estragos en el funcionamiento del sector panadero”. Así lo hizo saber el presidente de la Federación Venezolana de Industriales de la Panificación y Afines (Fevipan), Tomás Ramos.
«Un kilo de harina nos sale en Bs. 9,84 y el kilo de pan francés y la canilla está regulado a 5,52 bolívares”.
El saco de 45 kilos que costaba 220 bolívares antes de la devaluación alcanzó los 430 bolívares hace un par de semanas.
Pero no sólo subió la harina, el azúcar, que está regulada en 270 bolívares el saco de 50 kilos, no se consigue y hay que comprarla en 330. A eso hay que sumarle el costo de los demás insumos y las obligaciones laborales con el personal, lo cual quiere decir que producir un kilo de pan sale en 26 bolívares.
Para el dirigente gremial los precios deben ajustarse a la realidad. Lo más sano es que liberen la regulación del pan para poder producir sin inconvenientes, pues no se puede fijar un precio de venta de un producto cuya materia prima está cada día más cara.
“Para regular hay que revisar las condiciones. La panificación es la industria más fuerte que tiene el país, ya que representa el 40% de la distribución de alimentos y servicios, y a pesar de eso, las condiciones de producción del sector solo ha sido revisado cuatro veces en 15 años”.
Para Ramos es urgente sentarse a dialogar con el gobierno en unas mesas de trabajo para llegar a acuerdos. “Le hemos solicitado a este gobierno de calle que nos sentemos a discutir. Es inaudito que se hagan peticiones de divisas para importar panetones y tortas, entre otros productos de harinas, para que sean destinados a las panificadoras nacionales”.
Disminuyen la producción
Al subir los precios de la materia prima disminuye la venta en las panaderías y los clientes se limitan a comprar sólo el pan regulado.
“Eso nos ha obligado a bajar la producción en aproximadamente un 20 por ciento de productos como el pan campesino, el italiano, las piñitas, los productos de pastelería, los cachitos, los pastelitos, etc”, comenta Francisco Alvia gerente de una panadería del oeste de Barquisimeto.
Un cachito cuesta 25 bolívares y a muchos trabajadores le pagan Bs. 26,75 diario por concepto de cesta ticket, es decir que no le alcanza para un almuerzo.
Alvia sostiene que vender pan del regulado es prácticamente un servicio a la comunidad. “Obligatoriamente tenemos que venderlo aunque nos genere pérdida, porque sin nos visita el Indepabis y no se está ofreciendo el producto, nos multan”.
Por otra parte comenta el gerente que el pan regulado no ha escaseado más y que ellos reciben la asignación de harina que les corresponde.