El opositor venezolano Henrique Capriles impugnará en instancias internacionales las presidenciales que perdió en abril ante Nicolás Maduro, al tiempo que llama a votar en los comicios municipales de diciembre. ¿Tiene una estrategia o está en un callejón sin salida?, preguntan analistas.
Capriles anunció este martes que presentará a fines de agosto la denuncia ante instancias internacionales -que no precisó-, tras «dar por agotada» la vía interna, pues el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) no ha respondido al recurso de impugnación que presentó hace tres meses al considerar fraudulenta la ajustada victoria -1,49 puntos- de Maduro el 14 de abril.
«Ya hay una situación de negación de justicia, damos por agotada la instancia interna, ha pasado mucho tiempo», afirmó el líder opositor en su programa de televisión por internet CaprilesTV.
Analistas consultados por AFP creen que Capriles estaba obligado a hacer algo para salir del impasse en que cayó su reclamo, pero advirtieron que debe reorientar la estrategia de cara a los comicios si no quiere dilapidar el capital político logrado desde que se enfrentó al fallecido Hugo Chávez en octubre como única figura de la oposición.
«Es una manera de moverse, está agotado y no se puede quedar ahí. Estaba en un callejón que no iba para ninguna parte, es una manera de salir de ahí», declaró la historiadora Margarita López Maya.
Antes de recurrir al TSJ y aunque da por hecho que las autoridades electorales y de justicia son afines al gobierno, el opositor pidió una auditoría de la votación al Consejo Nacional Electoral (CNE), que concluyó que no hubo irregularidades.
El analista Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis, consideró que el nuevo reclamo tiene «una posibilidad de éxito nula», pero estimó que Capriles podría tener un objetivo electoral.
Paradoja o nocáut electoral
A pesar de sus cuestionamientos al sistema electoral venezolano, Capriles, gobernador del estado de Miranda (norte), ha llamado a sus seguidores a votar masivamente en los comicios municipales del 8 de diciembre para convertirlos en plebiscito sobre Maduro.
«No votar significaría regalarle el derecho al gobierno. Para poder ganar las elecciones y cobrar, tenemos que ganar por nocáut. Estas elecciones serán de vida o muerte», subrayó el opositor, de 41 años.
Pero el gobierno no ha desaprovechado la oportunidad de poner el dedo en la llaga en la aparente contradicción.
El domingo, Maduro consideró «esquizofrénico» que la oposición afirme que le robaron las elecciones y llame a votar.
«Desde el punto de vista electoral lo de la ilegitimidad no es atractivo. Pero si Capriles lo usa como una estrategia paralela dejando al gobierno siempre en el foco de atención sobre el ventajismo electoral y él se dedica a buscar la conexión con el electorado tendría sentido», opinó León.
Julio César Pineda, abogado e internacionalista, opinó que todo es parte de la campaña electoral que arrancó tempranamente esta semana.
«Confrontar al gobierno y trasladarlo a la instancia internacional para que el CNE sea más vigilante en las próximas elecciones, mientras él se concentra en la campaña», comentó.
«No vamos a esperar seis años»
Capriles, a quien la oposición tilda de «fascista» y «golpista», dice tener una propuesta: «La salida aquí está en la Constitución, nosotros no tenemos que agarrar atajos (golpes de estado)», afirmó este martes.
«Vamos a salir de este nefasto gobierno, no vamos a esperar seis años. Tenemos que estar claros que con este gobierno no vamos para ningún lado», agregó.
Argumentando que el gobierno tiene los poderes del Estado «secuestrados», Capriles no descarta promover una asamblea para reformar la Constitución de 1999 -promovida por Chávez-, para lo cual se requieren las firmas del 15% del registro electoral (2,8 millones).
Poniendo en guardia al gobierno, Maduro ya adelantó que si la oposición lograra las firmas está seguro de obtener la mayoría y entonces «radicalizaría» la revolución socialista.
El opositor tampoco descarta un referendo revocatorio, al que según la Constitución pueden ser sometidos todos los cargos de elección popular transcurrida la mitad del mandato, siempre y cuando su organización sea apoyada por el 20% de los electores (3,8 millones).
Críticos de Capriles, incluso en la oposición, aseguran que puede estar dando bandazos, al insistir en la ilegitimidad mientras Maduro ganó terreno internacional, cobijado por sus aliados latinoamericanos, siendo recibido por el Papa Francisco y en giras por Europa.
«Los comicios serán un diagnóstico de cuánto peso tiene la oposición y dónde está su fuerza, si gana las municipales, le daría mucho peso y aumentaría la presión internacional», opinó Pineda.
Para León el gobierno tiene amplias posibilidades de ganar en número de alcaldías, la oposición en las simbólicas -muy pobladas, como en La Gran Caracas-, por lo que la pelea a muerte será en el total de votos.