La Fundación Soplo de Vida, Funsovi, es una fundación que tiene 13 años de creada por las hermanas Lucy y Morela Chirinos, surge después de vivir la experiencia de albergar a hombres y mujeres de la tercera edad, a raíz de estar mucho tiempo al cuidado de su madre en el Hospital y ver cómo abandonaban a estos seres humanos que han dado tanto a la vida.
Esta situación fue sensibilizando su labor hasta llegar a albergar 29 adultos mayores y 45 niños en estado de necesidad. De esta manera, su misión se consolida, ofreciéndoles atención integral a ancianos, niños y niñas en situación de abandono y/o peligro propiciándoles un lugar de refugio, donde puedan desarrollar y fortalecer todas las áreas básicas de la persona (físicas, mentales y espirituales) que les permitan adoptar una conducta sana para su efectiva convivencia familiar y social.
Gracias a la ayuda de personas e instituciones que brindan su apoyo moral y económico a través de alimentos, vestidos y calzado, esta fundación ha podido brindar refugio a las personas que lo necesiten.
Universidad Fermín Toro se sensibiliza por la causa
En esta ocasión los estudiantes de Comunicación Social de la UFT, decidieron realizar su servicio comunitario en esta fundación, donde su principal objetivo es emprender un plan promocional para realzar el nombre de la institución.
Luego de cuatro meses de labor dentro de las instalaciones de Funsovi, en donde los jóvenes asisten semanalmente, organizaron un recorrido por los medios de comunicación, para hacer un llamado a todas las empresas y personas que deseen y puedan colaborar con esta labor, debido a que la institución no cuenta con un apoyo fijo por parte de ningún ente y se necesita de mucha ayuda para cuidar de todos los niños y ancianos, tanto para comprar los rubros básicos de alimentación, como para la reparaciones en su infraestructura.
Funsovi tiene a su cargo dos sedes, la principal que está ubicada en la calle 5 A entre Av. 7 y 8 de Las Acacias en Cabudare, que se encarga de los niños y adolescentes en situación de calle y abandono y la sede ubicada en Las Cuibas, vía al Parque Nacional Terepaima, que se encuentra el refugio de los abuelos que también han sido abandonados por sus familias.