Orgulloso, con la alegría a flor de piel, el actor barquisimetano Pedro Olarte, quien se ha destacado en diferentes proyectos de cine, teatro y televisión venezolana, presentó su primera obra teatral Ceniceros Humanos, que bautizó el pasado domingo en la Sala José Ignacio Cabrujas de Caracas, de la mano de Ediciones PublicArte.
Antes de bañar de champaña el texto, el novel escritor realizó una lectura dramatizada de su pieza en compañía de tres actores. Obra que aunque es un monólogo, en esta primera visión el joven quiso darle otro enfoque en diferentes voces, y al final, un éxito, lo que produjo efusivos aplausos.
La bienvenida del encuentro lo realizó la escritora Inés Muñoz Aguirre, quien fue la maestra del nuevo dramaturgo; ya que Ceniceros Humanos es el resultado de un taller de dramaturgia que dicta la destacada escritora, y donde Olarte se inscribió para plasmar otras inquietudes artísticas relacionadas a las tablas.
Aguirre manifestó que este es el comienzo de lo que será una larga lista de texto teatrales que espera poder publicar, y no solo en Venezuela, sino también en los Estados Unidos, ya que la editorial abrió sus puertas en la ciudad de Miami.
Cruda historia
Respecto a la historia, Ceniceros humanos es una obra que afronta el tema de los transexuales y los transgéneros, a través de un único personaje que se llama La Demoniaca, la cual conducirá a los lectores y espectadores a una historia muy fuerte, cuyo objetivo es llamar a la reflexión.
El autor también utiliza los recursos audiovisuales para conectar al espectador con las diversas posiciones sociales frente al tema, en la que el protagonista, valiéndose del show que le toca representar cada noche en el bar donde trabaja, acerca al espectador al mundo del crimen, el rechazo y el cuestionamiento al que se ven enfrentados aquellos seres humanos que viven vidas en la que la sociedad los obliga a tener dos caras.
Es una contundente trama que se pasea por la risa, para luego adentrar poco a poco en un mundo de sombras, de grandes interrogantes y de respuestas nada fáciles. Olarte también se vale muy bien de los arquetipos para conseguir la identificación inmediata del público.
“La historia nació de una noticia que leí de Chile, donde mataron a una mujer y la quemaron con cigarrillos, eso me hizo pensar en Ceniceros Humanos. Luego lo fusioné con la noticia de Caracas cuando estaban matando primero a los mendigos, y luego comenzaron a matar a las prostitutas, todo esto dio origen a mi historia”, explicó el guaro.
Entre otras palabras, el joven agradeció a su maestra y a sus compañeros que siempre lo orientaron para llegar a su meta. Fueron ellos quienes con palabras certeras los impulsaron a alcanzar este gran día, y vivir este momento inolvidable donde vio bautizado su primer libro.
Y con la vena de la escritura despierta, en un próximo texto le gustaría abordar el maltrato a la mujer. También tiene entre sus proyecto poder llevar a la gran pantalla Ceniceros Humanos, por eso está abierto a escuchar colaboraciones y así lograr un excelente guión cinematográfico.