Elías Jaua, reiteró este martes la oferta de asilo del gobierno de Nicolás Maduro al fugitivo estadounidense Edward Snowden, asilado provisionalmente en Rusia, durante una entrevista en Nueva York divulgada por la cancillería.
«Por supuesto, el presidente Maduro en cumplimiento de nuestro deber con el derecho internacional (…) decidió otorgar este asilo a un ciudadano que lo solicitó, explicando que se siente perseguido político por su gobierno», respondió Jaua en la entrevista con el canal ruso RT en Nueva York, donde participa en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El exanalista de los servicios secretos estadounidenses, reclamado por Washington en extradición acusado de espionaje por sus revelaciones sobre la vigilancia electrónica realizada por Estados Unidos, obtuvo el 1 de agosto asilo provisional de un año en Rusia y se encuentra en «un lugar seguro», según su abogado.
Antes de que Venezuela, Nicaragua y Bolivia le ofrecieran en julio el asilo a Snowden, Estados Unidos le solició al gobierno de Maduro la extradición del exconsultor, que pasó varias semanas en un aeropuerto de Moscú.
«No podemos extraditar a alguien que no está en el país. Ya no lo podemos extraditar porque él ha solicitado y le ha sido otorgado el derecho de asilo», respondió el canciller durante la entrevista con la periodista y abogada estadounidense Eva Golinger.
En la entrevista, de la cual fueron difundidos algunos fragmentos también en la agencia de prensa oficial, Jaua calificó de «cínica» la soliticitud de extradición cuando «el terrorista convicto y confeso Luis Posada Carriles, enjuiciado y sentenciado por el sistema judicial venezolano, goza de protección en Estados Unidos».
Caracas acusa al anticastrista cubano Luis Posada Carriles, de 85 años, de ser autor intelectual del ataque con bomba de un avión cubano en 1976 -que dejó 73 muertos-, y ha solicitado su extradición a Estados Unidos, a cuyo gobierno acusa de protegerlo.
Los acercamientos iniciados entre Venezuela y Estados Unidos, sin embajadores desde 2010, para restablecer el diálogo se enfriaron tras la oferta de Venezuela a Snowden y tras unas declaraciones posteriores de Samantha Power, nominada como embajadora ante la ONU por el presidente Barack Obama, en las que aseguró que, de ser ratificada, lucharía contra la «represión» en países como Venezuela.