La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, recordó este martes a Estados Unidos que la época de espías de la guerra fría ya no existe y abogó ante las Naciones Unidas por una regulación global que evite casos como el escándalo sobre el espionaje en la región latinoamericana por parte de Estados Unidos.
«Lo charlaba ayer (lunes) con el secretario general de Naciones Unidas, el doctor Ban Ki-moon, de la necesidad de establecer regulaciones de carácter global para asegurar la soberanía de los Estados y la privacidad de los ciudadanos en el mundo ante hechos que son de público y notorio conocimiento», dijo la mandataria en referencia, sin mencionarlo, a los programas de vigilancia de Estados Unidos.
«Creo que le decía yo (a Ban Ki-moon) que han pasado muchas cosas desde la caída del muro de Berlín y precisamente una de las razones más distintivas para la caída de ese muro es que los ciudadanos querían vivir con libertad, querían vivir sin ser observados», añadió.
Fernández hizo estas declaraciones en el Consejo de Seguridad de la ONU durante el debate organizado por Argentina sobre cooperación entre Naciones Unidas y los organismos regionales y subregionales y que presidió la mandataria. Argentina, miembro no permanente del Consejo de Seguridad, preside este mes de agosto el organismo.
Fernández defendió un mundo en que los valores que prevalgan sean «la paz, la seguridad, el crecimiento económico, la inclusión y el respeto a la privacidad de las personas» algo que dijo son «valores inalienables y a los que nadie está dispuesto a renunciar».
«Por eso hoy quisimos introducir este debate que es el debate de cómo cooperamos los organismos regionales y subregionales con nuestra organización madre que es Naciones Unidas para asegurar un mundo con más paz y más seguridad», añadió.
Por otro lado, la jefa de Estado argentina aprovechó su presencia en el Consejo para reiterar al Reino Unido el pedido de que se siente a negociar sobre la soberanía de las islas Malvinas, tal como ha instado la ONU a través de varias resoluciones. «No se trata de una postura caprichosa», dijo la mandataria, que criticó al país británico por no respetar las resoluciones de Naciones Unidas sobre la cuestión.
«Queremos que se cumpla la resolución de Naciones Unidas y que ambos países nos sentemos a discutir sobre una cuestión litigiosa y controversial». Argentina y Gran Bretaña fueron a la guerra en 1982 por la soberanía del archipiélago al sur del océano Atlántico ocupado por los ingleses desde 1833. Tras poco más de dos meses el conflicto bélico terminó con la rendición argentina.