Un tiro en el abdomen recibió José Luis Molina, de 21 años, cuando llegaba a su casa en la manzana E, de la urbanización Las Sábilas. Mientras intentaba abrir la puerta principal de su vivienda, una bala perdida le impactó.
El hecho ocurrió a las 6.30 p.m. de este domingo, minutos después de escuchar la palabra en una iglesia evangélica del sector.
Molina, desde hace más de tres años se desempeñaba como funcionario del Cuerpo de Policía del estado Lara, adscrito a la comisaría La Mata de Cabudare, municipio Palavecino.
“Su trabajo era lo primero”, dijo su esposa Mariángel García, quien recuerda a Molina como una gran persona.
“Él andaba para el culto porque aunque no era de la religión, le gustaba escuchar la palabra. Como a las 06:30 de la tarde regresó a la casa, había un tiroteo y una bala perdida le pegó”, narró.
Sus familiares, al percatarse de que Molina estaba herido, le prestaron auxilio y lo llevaron hasta el ambulatorio de Tamaca. Luego lo trasladaron hasta la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, y aunque el personal médico hizo lo posible por salvarle la vida, los esfuerzos fueron en vano, pues murió a las 12 de la noche.
“Siempre ha existido esa guerra entre bandas por la zona, pero nunca se metieron con él”.
El héroe de azul, curso 29 de la Escupol, estudió tres semestres de Ingeniería en Sistema, pero no continuó su preparación académica para incursionar en lo que era su pasión: la policía.
La esposa del mayor de tres hermanos, aseguró que el hoy occiso, le había manifestado su deseo de tener un bebé.
José Luis Molina se convirtió en el décimo funcionario de Polilara que asesinan en lo que va del año.