Pocos de los concursantes de «Project Runway» han logrado consolidar una carrera en la industria de la moda al no ser vistos como diseñadores serios sino como figuras televisivas. Por ello, los jueces de la tercera temporada de la versión latinoamericana del reality se concentrarán en explorar el lado empresarial de los aspirantes y propuestas que no sólo satisfagan a la industria editorial sino a las consumidoras.
«Traté de puntualizar el tema comercial, porque los diseñadores vagamos mucho en el tema editorial, de propuestas, de vanguardia, pero en el fondo te mantienes en esta industria si vendes. Si no vendes, haces una colección muy linda una o dos veces, pero luego cierras el negocio», dijo recientemente el diseñador venezolano Ángel Sánchez, uno de los jueces del programa, a un grupo de periodistas.
«El balance perfecto en un diseñador de modas es tener una propuesta interesante, pero ponible, algo que la gente quiera comprar», añadió durante una de las grabaciones del programa en la capital mexicana. «En esta temporada traté de empujar hacia la realidad de las colecciones».
Sánchez, la editora de la revista Marie Claire para México y Latinoamérica Ariadne Grant y la modelo y actriz Eglantina Zingg, anfitriona del programa y quien además tiene voz y voto en el jurado, buscarán alejar a los nóveles diseñadores de una visión romántica del oficio.
«Hay que romper estos tabús de que algo tiene que ser muy estrafalario o estrambótico para que sea moda», dijo Zingg, también venezolana. «Aquí estamos tratando de explorar la moda desde un punto de vista más de identidad, pero siempre un diseñador para sobrevivir tiene que tener un punto de vista comercial y en mi opinión… la moda siempre debe ser funcional».
En su tercera temporada «Project Runway Latin America», que se estrenará regionalmente el 2 de septiembre por el canal Glitz*, contará con la participación del colombiano Jorge Duque, ganador de la primera edición. Como mentor de los 16 participantes, el veterano del reality buscará apaciguar los clichés de búsqueda de fama con que se relaciona a los diseñadores que llegan a una producción de este tipo.
«Ese es un estigma que persigue a los ganadores de realities o personajes tipo reality… no sabes cuánto me costó quitármelo de encima», expresó Duque, quien a diferencia de muchos de los ganadores, tanto de la versión latinoamericana como de la estadounidense, ha logrado destacar en el ámbito.
Luego de su triunfo Duque logró presentarse en la Semana de la Moda de México, fue elegido por el equipo de Paris Hilton para exhibir sus diseños en una pasarela en Colombia en la que la heredera hotelera y diseñadora presentó sus bolsas, zapatos y accesorios, y además ha colaborado con la firma mexicana Pineda Covalín.
Sus logros, dijo, han sido cuestión de «estrategia».
«De mi taller, honestamente no puedo vivir. Todavía soy muy chico», confesó. «Para nosotros como diseñadores, este reality te entrega una posibilidad que, si no la agarras bien, te pierdes en el camino. No podía desaprovechar la oportunidad de ser ganador de la primera temporada y decir: `me le voy a meter al rancho a todo el mundo… Hay que tener estrategia sino estas destinado a morir en el mundo de la moda».
Para lograr empujar a los participantes a explorar su visión comercial, incluso los jueces buscaron alejarse de asumir un papel determinado. En su lugar, se concentrarán en la evaluación y guía de los concursantes que incluyen a argentinos, brasileños, salvadoreños, bolivianos, colombianos, venezolanos, chilenos y mexicanos.
«Es lo que necesitamos si queremos que la industria crezca. Como mexicanos, nosotros no consumimos moda mexicana y esto nos puede ayudar muchísimo, podemos llegar a mucho público que se puede sentir atraído a esa clase de diseño», dijo Grant.
El premio para el ganador incluye, entre otros, 25.000 dólares en efectivo para hacer su primera colección y una presentación en la Semana de la Moda de Miami 2014.