¡Barquisimeto… el detonante!

Ha pasado desapercibido un factor que pudiera ser vital. En Lara los municipios Iribarren y Palavecino concentran casi el 70% de la población del estado.
Si a ello sumamos que la primera magistratura regional está en manos opositoras y muy posiblemente estos dos ayuntamientos pasen a esa tendencia política en diciembre, por cuanto el PSUV los perdió en las pasadas elecciones presidenciales con Chávez y luego con Maduro, Lara se puede convertir en la primera entidad federal prácticamente opositora, en cuanto a demografía, hecho político que se agrava para el sector del chavismo cuando observamos que las demás alcaldías larenses (rojas) ostentan terribles niveles de rechazo.
Lara es un estado vital por su posición geográfica y un latente sector agrícola e industrial que en tiempos no muy lejanos le otorgaban una elevada importancia nacional, era el cuarto bastión económico del país detrás de Caracas, Zulia y Carabobo.
De ser así, la oposición del país verá en éste estado un experimento, una vitrina donde exhibir al resto de los venezolanos una conducción distinta a la del gobierno central.
La tríada Gobernación-Iribarren-Palavecino pueden sinérgicamente desarrollar políticas públicas que repercutan satisfactoriamente en los habitantes, algo que hoy es imposible por la retrógrada división política que acribilla el raciocinio, desmejorando la calidad de vida de los ciudadanos.
Así como las políticas públicas podrían desarrollarse efectivamente, anuladas las referidas barreras medievales, podrían de igual forma desarrollar políticas contrarias a la del gobierno central, entiéndase contrarias como apoyo productivo a iniciativas privadas, individuales o familiares; apoyo a pequeños productores, artesanos, inventores, comerciantes, entre otros, es decir, políticas que difieren de las centrales, las cuales están enmarcadas al concepto en construcción del Socialismo y sus bienes de producción colectivos. Evidentemente todo esto es elucubrando, sin embargo resulta útil “echarle coco”. Históricamente, sin ser un hecho fundamentado científicamente, Lara es un termómetro de la política nacional, al parecer el larense al estar equidistante del centro, los llanos y los andes, así como ser urbano y rural, agrícola e industrial, reúne condiciones especiales que lo convierten en el mejor termómetro político nacional, sea como sea, la realidad política de Lara ha sido la que reina en el país.
Ya sea por cábala o científicamente Lara será en los comicios de diciembre la joya de la corona.