90 años de Misioneros Claretianos de Venezuela

El 8 de junio la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (misioneros claretianos) celebró con gran solemnidad la fiesta litúrgica del Inmaculado Corazón de María; conjuntamente con la conmemoración de los 90 años de su llegada a Venezuela, razón por la cual les reiteramos nuestro fraternal abrazo de bienvenida.
En este aniversario de gran importancia para la vida cristiana de nuestro país queremos honrar el recuerdo de casi un siglo (90 años) de quienes dejaron todo por entregar su vida a Cristo y se quedaron aquí para difundir entre multitudes de razas, condición social, siendo mayoría analfabetas; el conocimiento y la práctica de la doctrina de Cristo. Profundizando la fe de nuestros pueblos y sembrando las semillas del evangelio.
Sus vidas han transcurrido en un ambiente de sencillez, humildad y austeridad, evidenciando sus grandes virtudes cristianas a imitación de San Antonio María de Claret, el fundador de esta congregación, que fue su sueño dorado y su mayor preocupación los pobres necesitados y enfermos. Él decía: “He sido consagrado para evangelizar a los arrepentidos”.
A pesar de tantas carencias y sacrificios que han pasado los misioneros claretianos en Venezuela, no han dejado de atender las necesidades de la Iglesia promoviendo actividades que garantizan orientación cristiana, servicios educativos, sociales y asistenciales.
Asi pues, han fundado colegios, escuelas, parroquias, talleres de capacitación, pastoral juvenil, actividades misioneras, comunidades formativas para jóvenes con vocación sacerdotal entre otras.
La misión de los claretianos nos ha dado un gran ejemplo de su valioso servicio a Dios y a las comunidades, ayudando siempre en la construcción de una sociedad humana más justa.
Esta celebración tiene aún especial relevancia por realizarse a los 50 años del Concilio Vaticano II, en el año de la Fe y en el contexto de la nueva evangelización.
Oramos por los sacerdotes. Ellos, merecen nuestro cariño, respeto, reconocimiento y nuestra gratitud.