Por tercer día consecutivo quienes residen en Duaca, El Eneal, puntos intermedios del municipio Crespo, así como en las parroquias El Cují y Tamaca, en la ruta hacia Barquisimeto, se encontraron la mañana de este jueves con la ingrata sorpresa de que la vía se encontraba cerrada en dos puntos.
En primer lugar los obreros de la empresa iraní Kaison, que construye un lote de viviendas en el sector Yucatán, cerraron la carretera en protesta a los abusos de los que, supuestamente, están siendo víctimas.
Afortunadamente en esta oportunidad el cierre con cauchos y restos vegetales en llamas, tuvo menor duración que el día anterior cuando se prolongó por toda la mañana.
Sin embargo, quienes venían hacia Barquisimeto en vehículos colectivos debieron bajarse, caminar y tomar otros para poder continuar el viaje y llegar a la capital estatal y de esa manera cumplir con sus jornadas de trabajo u otros compromisos.
“Tendremos que levantarnos a las dos de la mañana para llegar a tiempo porque ahora todos los días cierran la carretera”, se le escuchó decir a una de las afectadas.
Este jueves, por tercer día, los transportistas de la zona norte también cerraron la arteria vial en las inmediaciones de la fábrica de cemento reclamando seguridad por parte de las autoridades policiales.
Douglas Paúl, conductor, dijo que la ola delictiva está azotando a todos los colegas de rutas como Alas del Norte, 17, 18 y Laense, entre otras, pues a diario son atracados, igual que a sus pasajeros.
Según afirmó, esta semana han robado cuatro busetas, una de las cuales no había sido recuperada hasta este jueves.
“A punta de pistola nos atracan a diario y hasta ahora no se han visto acciones concretas por parte de las autoridades para poner coto a ese problema.
Poco después de las siete de la mañana colocaron obstáculos en el semáforo de la fábrica de cemento impidiendo el normal tránsito automotor.
Afortunadamente el cierre se prolongó sólo por unos minutos, hasta poco antes de las nueve, pues, luego de dialogar con funcionarios de la Guardia Nacional y la Policía de Lara se decidió poner fin a la protesta cuando ya la cola de vehículos era interminable en sentido norte sur.
También allí los pasajeros de colectivos debían bajar y caminar para abordar otros vehículos y seguir el viaje hacia Barquisimeto, aunque algunos optaron por retornar a sus lugares de origen pues consideraban no poder llegar a tiempo a los sitios a los que se dirigían.
Pero persiste el temor de que protestas como estas, con cierre de tan importante arteria vial, continúen en las rutas hacia el norte reclamando, seguridad por parte de las autoridades policiales o de la GN o servicios públicos por la municipalidad o gobernación.